Las informaciones están ahí para todos, pero el diferencial está en usarlas de forma adecuada.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El lado oscuro de la industria alimentaria


1. Esto es ilegal en Canadá
 
Una hora después de comer unas papas fritas dietéticas de paquete —hechas con olestra, un sustituto de la grasa— Debra Jaliman, de 55 años, una dermatóloga de Manhattan, sintió calambres abdominales tan fuertes que tuvo que cancelar las citas con sus pacientes. Reacciones como esa explican por qué el Centro de la Ciencia para el Interés Público, una organización de defensa de los consumidores, sostiene que nadie debería comer olestra, y por qué Canadá y Estados Unidos la prohibieron. Pero es legal en EE.UU., y el consumidor la encuentra en alimentos como papas fritas de paquete con poca grasa o sin ella, galletitas y otros snacks. Procter & Gamble, que vende olestra bajo el nombre Olean, afirma que se han consumido 6,5 millones porciones de comida que contienen Olean desde 1996, el año en que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de EE.UU. la aprobó para su uso en ese país.
Olestra no es la única sustancia prohibida que los estadounidenses están consumiendo. La Hormona Recombinante de Crecimiento Bovino (o rBGH, que suele venderse como Posilac), una hormona sintética inyectada a las vacas para estimular la producción de leche, suele aparecer en muchos snacks basados en productos lácteos como el helado. No sucede en la Unión Europea y Canadá, donde fue prohibida debido a preocupaciones sobre sus efectos para la salud tanto de vacas como de humanos, como temores de que una hormona asociada con el cáncer puede estar más presente en las personas que beben leche tratada con rBGH (Eli Lilly, la compañía que fabrica Posilac, lo niega).
Mientras tanto, rBGH es un producto lucrativo en EE.UU.: una división de Eli Lilly compró Posilac por más de US$300 millones en 2008. Los estudios muestran que Posilac puede incrementar la producción de leche en las vacas en un 15% o más, lo que implica más leche para vender.


2. Agregamos insectos pulverizados a su snack. 
 
Para el doctor James Baldwin, tratar a esta mujer de 27 años por shock anafiláctico fue fácil, pero descifrar qué causó la reacción fue un misterio. Varias pruebas después, Baldwin descubrió que la paciente tenía una rara alergia a algo que había comido: las carcasas de escarabajos molidos y hervidos, que se utilizan con frecuencia en estos snacks para crear esos preciosos matices de rojo, violeta y rosado en toda clase de alimentos, desde jugos de fruta hasta helados y caramelos. "Es un colorante común", afirma Baldwin.
No, no encontrará la palabra "escarabajo" en ninguna parte de las etiquetas de la comida; en cambio, posiblemente vea la no tan atemorizante "carmín", "ácido carmínico" o "extracto de cochinilla". Y los restos de los escarabajos son un gran negocio. Perú, el mayor exportador mundial de cochinilla, produce casi 910 toneladas de este pigmento cada año, según Amy Butler Greenfeld, investigador Marshall en la Universidad de Oxford y autor de "Un rojo perfecto", que examina la historia de la cochinilla. Los expertos afirman que esta industria creció en Perú alrededor de un 15% anual durante la última década, y a medida que aumenta la demanda de colores naturales en la industria, Greenfeld predice que la industria de la cochinilla se expandirá a la par.

3. ¿Fecha de vencimiento? No hay fecha de vencimiento
 
Todos hemos sonreído con la leyenda urbana de que una golosina seguirá fresca para siempre dentro de su envoltorio de plástico. Resulta que no es algo tan descabellado. La fecha de vencimiento de alimentos altamente procesados puede ser significativamente posterior a la fecha que aparece en el paquete, dice Karen Duester, presidente de Compañía de Consultoría sobre Alimentos, que asesora a empresas respecto a etiquetas para alimentos y regulaciones de la FDA. De hecho, si el producto está bien sellado, se mantiene lejos de la luz y tiene un bajo contenido de lácteos y grasa, podría durar años. Esto es particularmente cierto en el caso de snacks enlatados como las cerezas al marraschino.
Esas fechas que dicen "mejor antes de" son provistas voluntariamente por el fabricante, pero dado que los expertos dicen que esos productos se puede consumir después de su vencimiento: ¿por qué las ponen en el paquete? Alienta a los minoristas a reponer su inventario y a volver a ordenar el producto con más frecuencia, sostiene Duester. Además, una fecha de vencimiento cercana a 2015 no es exactamente atractiva para un consumidor.

4. Esa barra energética lo puede dejar exhausto
 
Los avisos de barras energéticas suelen presentar atletas muy en forma y, con nombres que evocan fortaleza, bienestar, y grandes lugares al aire libre, cultivan lo que los expertos en alimentación llaman "un halo saludable". Estos mensajes parecen tener eco en entre los consumidores; se proyecta que el mercado de las barras energéticas y nutritivas crezca más del 27%, desde US$962 millones de ventas de 2003 hasta unos US$1.230 millones proyectados para 2013, según la firma de investigación de mercados Mintel.
Pero si lee la lista de ingredientes, verá que muchas barras energéticas populares comienzan a parecerse en forma sorprendente a las barras de golosinas comunes. Eso se debe a que las barras frecuentemente contienen ingredientes como jarabe de maíz con mucha fructosa, dextrosa y fructosa —todos azúcares— además de chocolate, galletas de arroz y caramelo. "Estas barras pueden ser dosis concentradas de azúcar", señala Sean C. Lucan, de la Universidad de Medicina Albert Einstein. Le darán una explosión inmediata de energía —también conocida como un frenesí de azúcar— igual a la que le daría una barra de golosinas. Y después es probable que se sienta más cansado que antes de comer la barra, explica. (Y quizás coma otra barra de este tipo). Incluso en el caso de los atletas es posible que esas barras no les den más energía. Un estudio de 1998 realizado por la Universidad Estatal Ball descubrió que los bagels permiten obtener los mismos impulsos en el desempeño aeróbico que las barras energéticas.


5. Hay huesos de cerdo en su budín
 
La gelatina —así como muchas golosinas gomosas, malvaviscos, budines y caramelos masticables— suele estar hecha de piel, huesos y tendones de animales, normalmente vacas y cerdos. El fabricante muele estas partes de los animales, las trata con un ácido fuerte durante unos días para ayudar a eliminar el colágeno, y luego hierve la mezcla. Entonces, raspa la gelatina, que sube hasta la parte superior de esta mezcla hirviente, en los contenedores. Un usuario importante, Kraft, vende 300 millones de cajas del postre de gelatina Jell-O en EE.UU. todos los años y ofrece 158 productos con esa marca.
Pero las etiquetas de estos productos no le hacen saber a la gente que hay partes de animales en esos movedizos snacks. Para todas las personas que no consumen carne o productos derivados de los animales o que coman comida kosher, eso es un problema. La estudiante de 24 años Heather Bahler no se enteró de que había carne en la gelatina hasta un año después de haberse transformado en vegetariana. "Cuando me enteré, estaba un poco enojada", afirma. E cuando los vegetarianos se enteran de que la gelatina contiene carne, aún puede ser muy difícil evitarla. "Hasta hoy la encuentro en lugares en los que nunca hubiese soñado", señala Michael Garnett, un profesional de las tecnologías de la información de 37 años, que es vegetariano hace 12 años.

6. "Natural" naturalmente no significa nada
 
El Departamento de Agricultura de EE.UU., que regula la carne bovina y de ave, define a los productos naturales como aquellos que no tienen ni colores ni ingredientes artificiales. Pero la FDA, que regula otros tipos de alimentos, no hace un seguimiento tan cercano del uso que hacen de esta palabra los fabricantes de los snacks. "(La palabra) natural básicamente no tiene ningún significado en las etiquetas de la comida", sostiene Lucan. A menudo verá el término "sabor natural" en su paquete de snacks, que, paradójicamente, no significa exactamente "de la naturaleza". Es más probable que deriven de químicos producidos en laboratorios de sabor, sostiene Lucan. "Aunque los mismos componentes químicos se pueden encontrar en la naturaleza, los que terminan en su comida vienen de una planta química, no de una planta viviente", advierte.
Pero la palabra "natural" vende, especialmente dado que en estos días los consumidores están más dispuestos a pagar más dinero por alimentos que consideran más saludables, y Lucan afirma que muchos son engañados. Por ejemplo, un popular servicio en línea de entrega de productos de almacén vende una bolsa de 227 gramos de los bollos "Cheetos de Queso Blanco Natural Cheddar", que contienen ingredientes como ácido cítrico y maltodextrina, por US$4,19, un 55% más que lo que cuesta una bolsa de 255 gramos de los Cheetos comunes (US$2,69), que contiene una lista de ingredientes similar (ambos contienen maíz, aceite de girasol, ácido cítrico, maltodextrina, queso cheddar, sal, suero y más).

7. Estamos gastando miles de millones de dólares para engordar a los niños
 
Christen Cooper, de 38 años, quedó en shock cuando su hijo, entonces de 2 años, señaló el logo de Dunkin Donuts y lo llamó por su nombre. Dietista registrado y fundador de Cooper Nutrition, una firma de asesoramiento en nutrición de Pleasantville, estado de Nueva York, Cooper dice que habla con su hijo sobre alimentación saludable y limita la televisión, pero los mensajes de los anunciantes de comida chatarra se infiltran de todos modos.
"Pide pastillas de fruta y cereales azucarados", afirma. "Aprende mucho de eso de la televisión", agregó. Su hijo, ahora de 7 años, es como muchos niños a los que apuntan los avisadores: quiere comidas que tengan a personajes como Shrek en sus paquetes.
Los mensajes de los fabricantes de alimentos snacks a los niños son omnipresentes y efectivos, incluso si no resulta tan obvio para su padres. La industria de alimentos y bebidas en EE.UU. gasta entre US$10.000 millones y US$12.000 millones por año —o más de US$1 millón por hora— en publicidad para niños y jóvenes, según Berkeley Media Studies Group, una organización de defensa de la salud pública que es una subsidiaria del Instituto Público para la Salud. Y los snacks empaquetados, la comida rápida y los dulces representan el 83% de los alimentos que se promocionan durante los programas de televisión más vistos por los niños, según un estudio realizado en 2005 publicado en el American Journal of Public Health.

8. Nuestras fábricas están sucias 
 
¿Una rata seca asada en su manteca de maní? Eso es lo que dice haber visto un soplón que trabajaba para Peanut Corporation of America, una prominente fábrica de ese producto en Blakely, estado de Georgia, EE.UU., que provee a compañías como Kellogg. Afirma que vio la rata —además de cucarachas— asándose en contenedores de maní en la planta, que fue objeto de una investigación criminal después de una epidemia de salmonella en 2009 que según los expertos mató al menos a ocho personas. Los investigadores no encontraron ratas cuando visitaron la planta, pero sí algunas violaciones importantes a las normas sanitarias, incluyendo cucarachas, agujeros en el techo que permitían que entrara lluvia, trapos que se lavaban en la misma pileta que el equipo de producción, y moho.
Cada año, más de 300.000 estadounidenses son hospitalizados y 5.000 mueren debido a alimentos y bebidas contaminados, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Y parte de estos incidentes son resultado de condiciones no higiénicas en las plantas de procesamiento de alimentos.
Y estos son solo los casos de los que sabemos. De las 51.229 plantas de procesamiento y producción de alimentos reguladas por la FDA, el 56% no ha sido inspeccionado en los últimos cinco años, según un informe de este año del inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Y la cantidad de inspecciones en instalaciones alimentarias llamadas "de alto riesgo" (las que producen alimentos que nos pueden enfermar con más probabilidad) bajó de 77% en 2004 a 63% en 2008. El porcentaje cayó del 29 al 16% en las plantas de bebidas gaseosas y bebidas, del 41% al 24% en las de productos de panadería, y del 32% al 12% en las de chocolates y derivados.

9. Su hábito de comprar barras dulces nos está haciendo ricos y enfureciendo a los minoristas
 
Los precios de las golosinas de chocolate se han disparado en la última década. El índice de precios del productor, que mide los precios que reciben los productores de chocolate por sus productos, aumentó más del 40% entre 2000 y 2009. (Las categorías de galletitas dulces y saladas y los productos relacionados, junto con el helado y los postres helados subieron solamente 24%). No es sorprendente que las ventas totales de la industria del chocolate también hayan aumentado, de US$13.400 millones en 2002 a alrededor de US$17.700 millones en 2009, según la firma de investigación de mercado Mintel.
Los productores sostienen que el incremento de los precios refleja el alza del cacao o el azúcar. Los dueños de las tiendas de comestibles y otros minoristas dicen que ocurre algo más: la cooperación ilegal entre los fabricantes. Desde 2008, decenas de cadenas de comercios de comestibles y minoristas como Kroger, Safeway, Giant Eagle, Walgreen, SuperValu, Publix y CVS han presentado demandas en las que sostienen que las grandes compañías chocolateras —Hershey, Mars, Nestlé y Cadbury Schweppes, que juntas controlan más del 75% del mercado de las golosinas de chocolate— se han puesto de acuerdo para mantener los precios altos desde 2002. En la demanda de Giant Eagle, por ejemplo, la compañía declaró que Hershey, Nestlé y Mars, se pusieron de acuerdo en una "conspiración", que implicaba que subían los precios en coordinación. (Indicaron que el 23 de diciembre de 2004, Hershey subió un 16,7% los precios que le cobraba a Giant Eagle, luego Nestlé los aumentó un 17,04% el 12 de enero de 2005, y luego Mars las imitó con un 15,6% de aumento el 6 de marzo de 2005). Es "extremadamente raro" que las cadenas de comestibles presenten este tipo de demandas porque es extremadamente importante para el futuro de su negocio mantener buenas relaciones con los proveedores de un producto popular —como el chocolate—, según Jim Hertel, socio de la empresa de consultoría para minoristas del sector de la alimentación Willard Bishop.

10. Cuando decimos "enriquecido" decimos procesado
 
Los alimentos snack como los pretzels, las galletas y las rosquillas suelen promocionar que tienen como ingrediente harina de trigo enriquecida, como si fuera algo bueno. No exactamente. "Enriquecido" quiere decir que se agregaron vitaminas y minerales a la comida, pero usualmente sólo después de haber sido retirados previamente. Los fabricantes primero quitan algunas vitaminas y minerales a través de un proceso de refinación y después reintegran algunos de los nutrientes que habían sido quitados. "El enriquecimiento en realidad debería ser llamado 'restauración parcial'", señala Michael F. Jacobson, director ejecutivo del Centro de la Ciencia para el Interés Público, una organización de defensa de los consumidores que investiga y educa al público respecto a temas de salud y nutrición. Y aunque el proceso de enriquecimiento agrega nutrientes como tiamina, niacina, hierro y riboflavina, no siempre los reintegra en las mismas cantidades y también puede quitar una buena cantidad de fibra, explica Jacobson.

viernes, 26 de noviembre de 2010

China: del peak oil al peak coal

La idea de un peak oil -el punto en el cual la producción global alcanza su máximo- ha condicionado a la industria de energía durante años. Ahora, China lucha cuerpo a cuerpo con una nueva preocupación: el peak del carbón. Beijing piensa poner límite a la producción de carbón doméstica en el periodo de 2011-2015, en parte porque a los funcionarios les preocupa que los mineros agoten las reservas demasiado rápido para encontrar las necesidades de una economía que se amplía rápidamente.
China representa alrededor del 14% de las reservas globales de carbón pero su participación en el consumo global de carbón es por el triple que el 47%, que es insostenible. La imposición de un límite sería significativa para el sector de minería en China que encuentra difícil aumentar la demanda doméstica de carbón, que creció alrededor del 10% cada año durante la década pasada.


 
Sus importaciones netas de carbón excedieron 106 millones de toneladas métricas en los nueve primeros meses de este año - más alto que los niveles de 2009- y las empresas estatales han estado adquiriendo agresivamente activos de carbón en el extranjero para asegurar el suministro a largo plazo. En tres años hasta septiembre de 2010, las empresas chinas gastaron 20.96 mil millones de dólares en adquisiciones del sector del carbón, según Dealogic.
Un techo a la producción también sostendría los precios regionales de carbón, que están cerca de los máximos en seis meses, ante las expectativas de China de importar volúmenes record de carbón este mes y en diciembre.


martes, 23 de noviembre de 2010

Geopolítica: Estados Unidos, China y la nueva geometría global

Bloqueadas las principales nuevas iniciativas domésticas tras la victoria republicana en las elecciones del mid-term, el presidente Barack Obama partió puntualmente para Asia, una arena mucho más prometedora. En ese continente, después de todo, está el crecimiento, y Obama está impaciente por obtener el golden ringrimland" de Eurasia, que emergen de los estados con más hidrocarburos en el mundo, uniendo a Arabia e Irán, potencias energéticas, con las economías en crecimiento del Pacífico. Llevándolos a la actualidad son divisiones artificiales productos de los estudios de la era de la Guerra Fría: ahora "Medio Oriente", "Sur de Asia", Sudeste Asiático" y el “Este de Asia" son parte de un solo continuum orgánico. En términos geopolíticos, las visitas presidenciales fueron por un desafío: el ascenso de China en la tierra y en el mar[1]. Más allá de ser un embajador de buena voluntad durante 10 días, Obama buscó ventas de bienes de consumo americanos duraderos, acuerdos por armas, una expansión del comercio, cooperación en energías verdes, y el mantenimiento de el equilibrio geopolítico en una región favorable para Estados Unidos. del suceso asiático. De hecho, el presidente ha estado enfrentando un nuevo mapa estratégico que va más allá de las guerras en Afganistán e Irak. En términos geográficos, dos de los países del itinerario, India e Indonesia, están en la misma región cada vez más fundamental: las áreas costeras del sur, o "
Con el declive de la economía americana aparecieron las dificultades en casa, sin embargo, la debilidad de Estados Unidos en la etapa mundial después de los excesos de la era George W. Bush hará improbablemente verdaderos breakthoughs en el extranjero. Añada a esto las obsesiones peculiares de la elite de poder en Washington, con respecto a Irán por ejemplo, y usted tiene un mix desagradable. Estas fijaciones típicamente americanas son vistas como una inconveniencia o peor en Asia, donde la poderosa hegemonía regional está cada vez más determinada por la carta de sus propios rumbos, incluso si en público ellos continúan con siguiendo con humor al tío Sam.
Aunque Estados Unidos es todavía la mayor economía mundial, tiene unas enormes deudas públicas y privadas así como debilidad de fundamentos. Rivalizando con una Unión Europea más integrada, está proyectado que será alcanzado económicamente por China en poco más de una década. Mientras en el first stop del presidente estadounidense, India, ahora tiene un producto bruto interior nominal de poco más de mil millones de dólares al año, creciendo también rápida y espectacularmente, y su PBI puede cuadruplicarse a principios de los años de 2020.
En su visita del 6 al 9 de noviembre a Mumbai y Nueva Delhi, Obama realizó acuerdos de negocios por cerca de 15 mil millones de dólares. Esto se traduce en aproximadamente 54.000 empleos americanos adicionales –casi todos concentrados en la industria de defensa, lo que podría extender una carrera armamentística global-, un life-jacket para un presidente que lucha por mantener su credibilidad en casa[2]. Independientemente de la aritmética de la estancia asiática de Obama, es el primero presidente estadounidense en arribar a esa parte del mundo con una misión especial de venta difícil del America Inc. Esta inversión de roles hace cuatro décadas habría sido imposible. Aproximadamente 15 mil millones de dólares en acuerdos con India durante la visita de Obama contrasta con 1.6 mil millones de ayuda del gobierno estadounidense dio a India en 1960, con el 92% de los cuales fueron alimentos.
Desde 1951, los Americanos dieron 15.4 mil millones de dólares (59 mil millones de dólares en la valoración actual de los dólares) en ayuda para desarrollar la educación, la salud, el medio ambiente, la ciencia y la tecnología, governance training, construcción de 1.000 sistemas de irrigación y establecimiento de colegios técnicos, incluyendo el respetado Indian Institute of Technology en Kanpur y Kharagpur. Este era un período de payback.
Entre 2004 y 2009, las empresas indias invirtieron 25 mil millones de dólares en Estados Unidos, incluyendo fusiones y adquisiciones de empresas estadounidenses. Esto rompió la percepción de que India es simplemente un glorificado call-center que roba empleos americanos, un punto reconocido con cuidado por Obama durante su visita. En el futuro cercano se esperan grandes inversiones indias en Electricidad, minería, energía, petróleo y gas, con los sectores farmacéuticos, asistencia médica, tecnología de la información, entertainment y medios de comunicación hacer subir en volumen de acuerdos, en lo que parece ser una nueva era de hermandad de negocios Indo-estadounidense.
India tiene un pie en Occidente y otro en Asia, lo que le plantea un dilema que se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los indios, entonces parte del imperio británico, tuvieron que elegir entre unirse a los japoneses o luchar junto a los que les gobernaban colonialmente. La respuesta fue entonces una de cal y otra de arena. Las tropas indias bajo el mando británico pelearon contra los japoneses; por el contrario, el denominado Ejercito Nacional Indio se unió a los nipones. Más de medio siglo después, los protagonistas cambiaron, pero India aún no suelta prenda.



¿Hacia dónde mira ahora India?


Washington la mima porque teme la hegemonía china en Asia. La prueba es el acuerdo firmado por George W. Bush para levantar el embargo de tecnología nuclear que pesa sobre India desde hace tres decenios. El compromiso, que aún debe ser ratificado por los respectivos parlamentos, significa una recompensa para un país que construyó en secreto la bomba atómica, ha realizado cinco pruebas nucleares en ocho años y no ha firmado el tratado de No Proliferación. Bush quería que India fuera un socio estratégico; Obama también lo quiere. Pero la realidad se va modificando.
Robert Kaplan, antiguo neoconservador -concepto en desuso tras la salida de George W. Bush de Washington- sostiene, no sin premeditación y con el consabido impulso confrontador, que la emergencia de India como gran poder euroasiático constituye una de las mejores noticias para los estrategas americanos desde el final de la guerra fría. Y cae en el lugar común, el equilibrio sobre China.
Washington estuvo de acuerdo en el principio con la doctrina de defensa india, que permite a un limitado pero muy fuerte counter-attack contra Pakistán en caso de un ataque terrorista en India apoyado por Islamabad. Una aprobación de Estados Unidos y un silencio de Pakistán -aunque con algunas quejas- indican el fuerte apoyo político y económico y por lo tanto también un ascenso de Nueva Delhi. Este ascenso ha sido subrayado por la expresión de Washignton de apoyar un asiento permanente para India en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Japón ya ha gritado en contra de esta oferta, considerando sus años de ambiciones diplomáticas en Naciones Unidas. Pero el gesto no es contra Japón, debe objetivamente neutralizar las ambiciones de China en Asia.
India podría ser el primer país en la historia moderna que aspira a tomar asiento en la mesa de influencia global de Naciones Unidas antes de haber desterrado la pobreza a grandes cantidades de personas y haber mostrado de un fuerte sentido de objetivos a nivel nacional[3]. Según el portal LiveMint además India tiene que remover su bottlencks en infraestructura para mantener un crecimiento del 10%, y contener el extremismo de izquierda[4].Además, es muy difícil pensar que en el futuro, un país, tanto más rico como China, podría ser el líder absoluto en la región sobre países ambiciosos como India, Japón y aún Vietnam, Corea del Sur e Indonesia
La era del predominio americano, en otras palabras, está quedando atrás, y el tiempo (solamente después de la Segunda Guerra Mundial) en que Estados Unidos representaba la mitad de la economía mundial, es parte de una débil memoria. El impulso impar americano de invertir pesado en la guerra perpetua en el extranjero, incluyen los gastos "relacionados con la defensa" en cerca de mil millones de dólares anuales, ha sido un factor significativo para debilitar más al país en su espacio global. La mayor parte de las armas convencionales de las cuales Estados Unidos sigue despilfarrando dinero aún no pueden ser desplegadas contra potencias nucleares como Rusia, China e India, surgiendo como competidores claves cuando se acercan a los mercados globales de recursos y las proyecciones de fuerzas regionales. Esas mismas armas convencionales demostraron ser apenas más útiles (en el sentido de alcanzar una victoria rápida y decisiva, o todavía la victoria en absoluto) en las guerras no convencionales. Estados Unidos se sumergió repetidamente en una tentativa imprudente de ocupar naciones asiáticas enteras, en especial en la etapa Bush, provocando aún más claramente perplejidad en los rivales de Washington. 
Las reservas de armas americanas (y los copiosos planes para tener más versiones high-tech en un futuro distante) son por lo tanto notablemente irrelevantes para su situación. Mientras tanto, su economía, está incubada en deudas incurridas por los sprees de gastos militares y guerras.
 La debilidad de Estados Unidos en Asia quedó demostrada por una serie de rechazos por parte de los powers regionales a sus tentativas de acercamientos. Por ejemplo, cuando estalló una riña entre China y Japón sobre una colisión en el mar cerca de las disputadas Islas Senkaku, la Ministra de Asuntos Exteriores Hillary Clinton ofreció mediar.  La oferta fue rechazada por los chinos, que tienen paradas deliberadamente las exportaciones de metales raros estratégicos a Japón y Estados Unidos como una estratagema negociadora dura[5]. Independientemente del objetivo, el retraso de los envíos sirve como n llamado de atención sobre la realidad que China tiene un monopolio virtual en esos metales.
China considera que al agrupar a las naciones en diversas categorías, tales como aliados, socios y rivales, la administración Obama está diciendo que en esencia no es muy diferente de la administración anterior y que no podrá seguir siendo imparcial al mediar en desacuerdos entre estas naciones. “Asia está sumida en una pulseada entre las fuerzas de la división y las de la integración”, sostiene el People´s Daily, diario oficial chino.
En respuesta, la administración Obama rápidamente se volvió circunspecta, afirmando que las islas poseen compromisos norteamericanos para defender a Japón por el momento, no tomaría ninguna posición. Y caen los interpretes: "Sin duda Obama tenía en mente a China, quiso enviar una señal que Japón es un aliado muy importante, y que Estados Unidos podría usar su posición en Asia, por Japón, para counterbalance China", dijo Koichi Nakano, profesor de ciencias políticas en la Sophia University en Tokio[6].
En los últimos años China envió navíos armados a los que llamó "barcos de patrulla de la industria pesquera" al Mar del sur de China, insistiendo en que proporcionaban protección a los barcos pesqueros chinos en el área. Sin embargo, muchos observadores creen que el movimiento es para poner un control chino eficaz en el área[7].





Esta clase de impotencia regional es sólo reforzada por el "America's perpetual war machine"multiple-personality a Paquistán, y la tentativa obsesiva de su administración de aislar y castigar a Irán. En la reunión del Grupo de los 20 realizado en Seúl, por ejemplo, Irán estaba en el orden del día para Obama. Este otoño, Corea del Sur, cercano aliado americano, manejó un juego, un paso adelante, dos pasos de distancia con respecto a la sanciones apoyadas por Washington contra ese país rico en energía.[8]  Corea del Sur y Japón están cada vez más en la órbita económica de China en vista de la continuidad de la expansión y de su tamaño.[9] (aunque algunas veces vacilando). Obama no puede esquivar las controversias provocadas por la guerra afgana, su acercamiento
China es el última país grande con una industria energética que todavía invierte activamente en Irán, y en Washington sospechan que algunas de sus firmas transfieren tecnología que podría ayudar a los iraníes en sus proyectos de investigación de energía nuclear. Esta manzana de la discordia probablemente formó parte de las conversaciones entre Obama y Hu Jintao en el marco del G20. Las relaciones tensas entre Washington y Beijing sobre el masivo déficit de balanza comercial que Estados Unidos tiene con China (que la administración Obama atribuye, en parte, a una moneda china sobrevaluada), no dio espacio para hablar de otros temas discutibles. China es importante en la diplomacia americana, tan importante es que solamente mirando el mapa de ruta, el presidente Obama parece haber dibujado un círculo alrededor de un elemento clave en su viaje a Asia: China.


Otro neo-con que embarra la cancha es Charles Krauthammer, que en la página del Washington Post hace una mezquina analogía considerando a la China moderna como la Alemania de hace un siglo -ascendente, expansionista, un no-poder que busca su lugar bajo el sol. "La historia de la primera mitad del siglo XX muestra la tentativa de Europa de manejar el ascenso de Alemania. Sabemos como resultó esto. La historia del próximo medio siglo será cómo se acomoda Asia y/o contiene la expansión China[10].  (En el mundo académico e intelectual norteamericano no se produjo un cambio en el pensamiento estratégico continuando con las vetustas y anacrónicas cuartadas del malo latente que amenaza la paz mundial y la justificación del uso de la fuerza; términos como contención, balance de poder son los rótulos fijos que no toman en consideración los cambios y transformaciones estructurales producidos en las últimas décadas).
Tras alentar las similitudes con India (democracia, habla inglesa, libre mercado, autoridad de las leyes), Krauthammer habla de los imperativos estratégicos de Estados Unidos: "Afrontamos una amenaza común el Islam radical y un desafió de más largo plazo el ascenso de China". "China no es ningún enemigopero permanece un adversario inquietante. Es por lo que India debe ser centro de nuestra diplomacia asiática". Según la contraparte China, “en Asia, la política exterior estadounidense propende avivar los desacuerdos entre los países, y en especial a incitarlos contra China. Al final, espera recoger los frutos de su discordia”. –matiza-,
La reacción correcta no es la contención. Una analogía, otra más, también fácil está siendo realizada entre la respuesta americana a la Unión Soviética y la política de Washington hacia China. La Unión Soviética era un adversario agresivo global. Activamente amenazó a los países Occidentales y a sus aliados, apoyó guerras y movimientos guerrilleros, y financió a adversarios, todo apuntalando la desestabilización de los intereses Occidentales. Ídem a la inversa. China, por el contrario, decidió firmar la orden global patrocinada por Occidente, participando del sistema de comercio y manteniendo las relaciones de cooperación con Occidente. Las economías estadounidenses y chinas están estrechamente entrelazadas. Independientemente de las diferencias entre Beijing y Washington, es importante ponerlos en perspectiva. Sus desacuerdos sobre las monedas y el comercio, menos acalorado que aquellos entre Estados Unidos y Japón a finales de los años 1980 y principios de los 90, no hacen una Guerra Fría.
Según Thomas Friedman, Washington no trata de contener a China de la manera que lo hicieron con la Unión Soviética, pero el presidente Obama no gastó solamente sus tres días en India para mejorar su yoga[11].  El People's Daily va más allá en un comentario: “El tour de Obama como un torbellino es una prueba que Estados Unidos cambió el enfoque estratégico de Beijing a Delhi"[12].
América no puede poner todo su enfoque sobre China, a riesgo de alienarse con otros países temerosos de ser aplastados por una alianza sino-americana. Además, hubo un problema de fechas y oportunidades. Mientras Obama estaba en Asia, Hu Jintao volaba a Europa para visitar Francia y Portugal, y el primer ministro británico David Cameron estaba en Beijing. Pero están son sólo formalidades. El verdadero problema es que los diplomáticos de ambos países pelearon por arreglar un viaje de Hu a América. El viaje ha sido retrasado y sólo ocurrirá en enero[13].



Veinte acuerdos importantes durante la visita de Obama, inversiones incluidas y colaboración Indo-estadounidense en infraestructura, energía, green tech y aún pronósticos de monzones. Entre los acuerdos son:

*Un acuerdo preliminar para Boeing para vender 10 aviones de transporte militar C-17 Globemaster III en 4.1 mil millones de dólares. Esto crearía 22.160 nuevos empleos a través de Estados Unidos, incluyendo miles en Hartford y Middleton, Connecticut, donde los motores de Pratt & Whitney se hacen para impulsar los C-17 Globemaster III.

*SpiceJet, una de las principales líneas áreas de India por presupuesto, para comprar 30 Boeing 737-800 en una valor de 2.7 mil millones de dólares y dando trabajo a 12.970 personas en Estados Unidos.

*General Electric venderá 107 motores de aviones de combate F-414 a su fuerza aérea, y turbinas a una firma de energía con un costo de 822 millones de dólares y garantizará 4.440 empleos americanos. Las turbinas que proveerá GE son para la empresa Reliance Power de Anil Ambani por una suma cercana a los 750 millones de dólares.

*La legendaria firma estadounidense Harley-Davidson planea tener una nueva planta en la India para ensamblar motocicletas, después de haber anunciado hace meses que este año lanzará 12 de sus modelos al mercado en ese país.


Fareed Zakaria, escribió en The Wasinghton Post, “Two years ago Barack Obama was superman. Now he can't do anything right”[14]. Si el presidente realmente preparaba un viaje comercial, alguien lo envió a los sitios incorrectos. Sólo uno de los países que visitó (Japón) está entre los seis primeros destinos para las exportaciones estadounidenses. Podría haber ahorrado mucho combustible y viajar a Canadá y México, que juntos compran 20 veces tanto bienes y servicios americanos como hace India y 10 veces como Corea del Sur (Indonesia no está aún entre los primeros 20 países de compra de exportaciones estadounidenses).
Por muchos años, los analistas han argumentado que el centro de gravedad en la geopolítica cambiaba inexorablemente del Oeste al Este, de la vieja Europa a la Nueva Asia, a contracorriente de lo que afirma Zakaria más arriba. Seguramente la lista de viajes de la administración Obama parecería indicar un cambio en el enfoque estratégico a Asia.



[1] The New York Times, “Obama Takes Asia by Sea”, (11/11)

[2] Asia Times, Obama's US$15 bn Indian take-away”, (17/11)

[3] LiveMint, “Has India really emerged?”, (9/11)

[4] LiveMint, “India can, declares Obama; but will it?”, (9/11)

[5] Forbes, Blog, “Rare Earths: Countering China”, (16/11)

[6] Christian Science Monitor, “Back from Asia, Obama weighs strategic partnerships, China's economic muscle”, (15/11)

[7] Yomiuri Shimbun, “China 'must respect intl law' / Obama answers Yomiuri questions on Asia security, U.S. alliance”, (12/11)

[8] Los Angeles Times, “Obama makes last Asia-trip pitch for U.S. exports”, (13/11)

[9] The Wall Street Journal, “Obama Tries to Repair Damage”, (13/11)

[10] The Washigton Post, “Why President Obama is right about India”, (12/11)

[11] The New York Times, “Containment-Lite”, (9/11)

[12] Asia Times, “Obama cleaves Asian rift”, (17/11)

[13] Asia Times, “Hu's chance to dance”, (18/11)

[14] The Washington Post, “Hedged bets on China”, (15/11)

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Por qué continúan los subsidios a los biocombustibles en Estados Unidos?

La actual política estadounidense de biocombustibles beneficia al lobby agrícola industrial mientras falla en abastecer las necesidades de los norteamericanos. Algunas de las corporaciones más grandes del mundo recibieron una innecesaria duplicación de los subsidios, que incluye un mandato de consumo, varios tax credits, y una tarifa protectora.
Según reza el informe, titulado “Buying Bills: How the Biofuels Industry Influences congress to Waste Your Taxpayer Dollars” están basados en datos públicos que muestran el lobby de la industria y las contribuciones de campaña que excedieron los 22 millones de dólares en los años recientes. Los consumidores norteamericanos continúan pagando en el surtidor por combustibles que destruyen el ecosistema nativo, aumenta la polución del aire y del agua, y contribuye al aumento de los precios de los alimentos locales e internacionales. Aún así, el Congreso sigue prodigando a la industria con unas decenas de miles de millones de dólares.
Estos obsequios son parte de un sistema de intercambio establecido corporate money for political influence. Las corporaciones poderosas como Archer Daniels Midland (ADM) y Monsanto tienen líneas en el Congreso con contribuciones a la política, mientras que los grupos de la industria de energía como Renewable Fuels Association y Growth Energy gastan millones de dólares en lobbys. La importancia del dinero en la política sólo se intensificará. En enero de 2010 la Corte Suprema gobernó en Ciudadanos Unidos v. Federal Election Commission que las corporaciones tienen derecho a gastar cantidades de dinero ilimitadas para influir en las elecciones estatales y federales (ver informe anterior).
Algunos analistas creen que esta infusión de dinero corporativo sólo aumentará la corrupción y la disminuirá la transparencia en la política. Un ejemplo de la acogedora relación entre los legisladores y los intereses especiales está ilustrado en el debate de la reforma financiera. Un artículo reciente del Washington Post reveló que varios miembros del House Financial Services y el House Ways and Means Committes pueden haber recibido donaciones impropias unos días antes de votar la regulación financiera. Esas donaciones vinieron de las mismas firmas de Wall Street que se habrían afectado. Ante la legislación para reformar el sector financiero en Estados Unidos, las firmas de la industria gastaron más de 100 millones de dólares en lobby solamente este año.
Los empleados y lobbystas para empresas y asociaciones de biocombustibles  juegan un rol importante en la creación de la política de biocombustibles. Esta influencia no es sólo evidente en su lobby del Congreso, sino también en las donaciones personales que ellos hacen a los PACs que financian las campañas electorales de los legisladores. Este tipo de donación da un mayor acceso político al lobby y puede causar una legislación más favorable. La influencia política de la industria de los biocombustibles es a través de numerosas vías: empresas de biocombustibles, productores de feedstock, y el agribusinesses. Cada uno de estos grupos y sus respectivas asociaciones de negocios canaliza el dinero desde tres approaches examinados: gastos de lobby, donaciones de lobby, y donaciones al comité de acción política.

Lobbying expenditures: en el informe se examina 50 empresas y grupos de la industria que se especializan en biocombustibles. En 2007, el año que EISA (Energy Independence and Security Act) fue pasado y el RFS se quintuplicó, los grupos de la industria de biocombustibles gastaron 4.6 millones de dólares en gastos de lobby. El año siguiente, la industria de biocombustibles gastó aproximadamente 4.9 millones de dólares en lobby. Esos gastos coincidieron con el pasaje del 2008 Farm Bill, que incluyó las nuevas provisiones de biocombustibles que contribuyeron al crecimiento de los precios de los alimentos y la subsecuente crisis alimentaría global. En 2009, cuando el Environmental Protection Agency (EPA) introdujo la contabilidad de los gases de efecto invernadero para los biocombustibles y la ley del clima de la House pasó, ambas de las que despojaron al calentamiento global y las salvaguardas de los ecosistemas naturales, la industria de biocombustibles gastó 7.3 millones de dólares para lobby. Y hasta ahora en 2010, con la industria con pie afuera en las subvenciones como el Volumetric Ethanol Excise Tax Credit (VEETC) que ofrece un crédito de 0.45 dólares por cada galón de etano puro mezclado en la gasolina, la industria gastó 4.6 millones de dólares en lobby.

Mientras hay una plétora de diferentes empresas directamente involucradas en la producción de biocombustibles, son representadas principalmente por un puñado de grupos de la industria que hacen lobby a su nombre. El National Biodiesel Board, la Renewable Fuels Association y Growth Energy, por ejemplo, representan más de un tercio del poder de lobby de la industria de biocombustibles.

* National Biodiesel Board (NBB): Impulsa un fuerte apoyo público al sector del biodiesel, principalmente por tax credits. En su website clama por el pasaje de lo que irónicamente llama bills como el American Jobs and Closing Tax Loopholes Act, que procuró ampliar incentivos de impuestos al biodiesel.

* Renewable Fuels Association (RFA): Fundado en 1981, RFA es uno de los grupos de presión sobre biocombustibles más viejos. A pesar de su insistencia que los biocombustibles son una alternativa limpia al petróleo, RFA ha abogado, por mucho tiempo, contra las normas de sostenibilidad  en la política de biocombustibles y luchó por desarmar los standards del calentamiento global en el RFS. Además, RFA está publicando informes pretenciosos que exageran los impactos potenciales del final de los subsidios al etanol.

* POET LLC: Esta empresa no es sólo el principal productora de etanol -maneja 27 plantas en siete estados- sin también tiene su propio PAC, el POET Political Action Committee (POET PAC).[1] En abril, el jefe ejecutivo de POET, dijo que la industria del etanol es dependiente de las ampliaciones de los subsidios fiscales del Congreso.

* Growth Energy: Entre los miembros de Growth Energy se encuentran docenas de productores de etanol, asociaciones de cosecha de maíz y empresas de biología sintética. Buscando impacto político, el general retirado Wesley Clark fue reclutado para co-presidir el consejo de Growth Energy. Su sitio web procura desacreditar los impactos medioambientales de producción de biocombustibles de forma indirecta en el uso de la tierra, aún cuando el Congreso ya incluyó esta exigencia en la contabilidad para emisiones en EISA 2007. El sitio declaró su apoyo de Growth Energy a aumentar la cantidad de etanol en los tanques de 10 a 15% y todavía pone al VEETC en una luz positiva a pesar de un reciente cambio de posición sobre el subsidio. Ellos también siguen insistiendo en un mayor acceso al mercado de mezclas de etanol en el surtidor de combustible mediante el llamado a la inversión pública en la infraestructura de distribución de etanol.

*Sapphire Energy: Fundado en 2007, Sapphire es conocido como el mejor en la promoción del uso de algas genéticamente modificadas para biocombustibles, a pesar que no hay ninguna prueba de seguridad de estos organismos para la salud pública o el medioambiente. Sapphire tiene actualmente en ingeniería miles de filamentos de algas genéticamente modificados y probablemente usará estos organismos en facilities de producción abiertas (ampliándose a través de varios cientos de acres) que ha sido financiado con el dinero público por el Departmente of Energy y el Departament of Agriculture.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Rol de sector energético en las elecciones del mid-term estadounidense

 

Desde las grandes petroleras a las Dirty Coalfront groups gastaron más de 300 millones de dólares para comprar la elección -y esto ocurre después del derrame de petróleo en las costas del Golfo de México y el intento de terminar con la californiana Global Warming Solutions Act con las Proposiciones 23 y 26. Por esto, Liz ButlerHuffington Post, Who owns our democracy: Big Business or We the People?[1]… trataron de comprar la elección a simple vista. Sus pregunta en
Encabezadas por Exxon Mobil, Conoco Phillips, Chevron, BP, y la menos conocida Koch Industries –propiedad de dos hermanos multimillonarios patrocinadores del Tea Party-, las empresas de energía dedicaron una cifra astronómica de 453 millones de dólares a las actividades lobbistas en los dos últimos años, con el fin de convencer a miembros de la Cámara y senadores para que rechacen las medidas para reducir emisiones.  
Y la televisión no quedó afuera. Según el Center for American Progress Action Fund, grupos de lobby del petróleo y del carbón gastaron 69.5 millones de dólares en televisión enfocándose contra las políticas sobre energías limpias de Obama en estas elecciones de mid-term[2]. La industria de energía gastó 247.5 millones de dólares en publicidad este año, según datos compilados por el Alliance for Climate Protection, grupo de campaña encabezado por Al Gore. La mayor parte de esta cifra fue dedicada al "damage control". BP gastó 125 millones de dólares en anuncios para la televisión después del derrame en el Golfo. Massey Energy, propietario de la mina en West Virginia donde 29 personas murieron por una explosión en abril pasado, gastó 965.000 dólares en publicidad.
En un nuevo informe del Climate Action Network Europe (CANE), sobre la base de un análisis de registros accesibles al público la financiación de campañas. El informe sobre financiación de las elecciones de midterm estadounidenses utilizó información de la base de datos de OpenSecrets.org para descubrir un intento coordinado de influir en el resultado de esas comisiones por parte de algunas de las empresas europeas más contaminantes.
CAN Europa descubrió lo que parece ser un patrón claro de los contaminadores europeos que influyen en las políticas energéticas y climáticas de Estados Unidos mediante donaciones dirigidas a los candidatos que se oponen a la acción sobre el cambio climático. Según CAN, una decena de multinacionales europeas –entre ellas las alemanas E.ON, BASF y Bayer, la británica BP, las francesas Lafarge, Arcelor-Mittal y GDF-Suez y la belga Solvay - también aportaron dinero que ha financiado senadores que han bloqueado las iniciativas legislativas de Obama. Para ponerlo en perspectiva, en 2009, siete de estas empresas emitieron 130 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, más o menos lo mismo que las emisiones anuales de Bélgica. Ocho empresas europeas regalaron 306.000 dólares a una veintena de senadores, el 80% de ellos, responsables de votar en contra de la legislación para reducir emisiones[3].
El mayor donante individual es la farmacéutica alemana Bayer, que donó un total de 108.100 a las campañas de los senadores. La petrolera BP contribuyó a su vez con 18.000 dólares a las campañas de legisladores opuestos a cualquier medida contra el cambio climático. El informe también destaca que estas empresas de manera insistente se oponen al endurecimiento de los parámetros ambientales en Europa, sobre la base de que les restarían competitividad en vista de la inacción ante el problema del resto del mundo, en especial Estados Unidos. El informe concluye que “lo que queda claro ahora es que esas mismas empresas financian a figurar estratégicas de la política de Estados Unidos responsables por esa inacción”.
Los intentos de influir desde fuera en las elecciones de Estados Unidos no se limitan a Europa sino que un informe del ThinkProgress, del think tank norteamericano Centre for American Progress, ha descubierto que empresas petroleras o energéticas indias y de Medio Oriente han hecho donativos a la Chamber of Comerce estadounidense[4]. El interés extranjero en la política estadounidense no se circunscribe tampoco a las elecciones, y así, según The Guardian, la empresa química belga Solvay financia un grupo que trata de impedir que el gobierno de Obama regule las emisiones de gas invernadero.
            Un proyecto de ley que habría creado límites y un mercado de emisiones de CO2 que ya fue derrotado en el Senado. La participación de las industrias europeas es extraña, según los autores del informe, ya que “en Europa esas empresas suelen argumentar que más medidas para reducir emisiones no será útiles hasta que Estados Unidos actúe”.
Ahora, el blanco de los lobbies petroleros y energéticos es el plan B de la Administración Obama: utilizar a EPA para forzar una reducción de las emisiones amparándose en la legislación medioambiental existente[5]. Una carta fue remitida en septiembre al presidente del comité de apropiaciones del Senado. Pide “su apoyo para restringir la autoridad de la EPA en la adopción de normas sobre gases invernadero”. Los 24 firmantes incluyen la Cámara de Comercio de EE.UU., el Instituto del Petróleo Americano –asociación empresarial de las petroleras–, la Asociación Nacional de Manufactura y la Sociedad de Fabricantes Químicas.




Tanto Obama como otros políticos demócratas de Estados Unidos denunciaron que empresas y donantes anónimos han tratado de influir en el resultado de las elecciones a través de la Chamber of Comerce de aquel país y de grupos conservadores simpatizantes del Tea Party.  La Chamber of Comerce recaudó supuestamente 75 millones de dólares para las campañas de candidatos favorables a las empresas, en su mayoría republicanos.
La organización American Crossroads, proyecto de Karl Rove, ex estratega electoral y político de George W. Bush, actual factótum de los republicanos, recibe donaciones hasta de un millón de dólares de millonarios en apoyo de candidatos conservadores por todo el país. Un editorial de The Nation advierte: atestiguamos un asalto a la democracia por empresas multinacionales, las cuales, liberadas por el fallo de Citizens United, buscan conseguir el mejor gobierno que el dinero pueda comprar. El Citizens United es un fallo reciente de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos que otorgó a las empresas los mismos derechos de libertad de expresión que tienen los individuos, gracias al cual pueden financiar propaganda a favor o en contra de candidatos para promover su agenda. Este fallo argumentó que los gastos independientes realizados por empresas en el debate electoral no generan corrupción o la apariencia de corrupción y, auque éstas pueden generar influencia sobre o acceso a funcionarios electos, eso no implica que esos funcionarios sean corruptos. Y la apariencia de influencia o acceso no causará que el electorado pierda fe en esta democracia. Esto fue denunciado como un grave abuso contra el proceso democrático por campeones de reformas electorales que buscan reducir la influencia del dinero en los comicios[6].
Koch Industries encabeza el lobby negacionista. Es primera en el ranking de contribuciones directas a los partidos, según datos del Centre for Responsive Politics en Washington. El 89% de esas ayudas van a republicanos que han bloqueado las medidas de Obama. David Koch es el presidente de Americans for Prosperity (AFP) y organiza el llamado Hot air Roadshow, que recorre Estados Unidos, a veces en globo, insistiendo en que los datos científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) es “aire caliente” (es decir, falsedades palabrería).
            De los 20 candidatos republicanos al Senado seleccionados en escaños cruciales, 19 son negacionistas[7]. David Vitter, senador por Luisiana, tacha la ciencia del IPCC de “basura pseudocientífica y ridícula”. El senador por Oklahoma, Jim Inhofe –estrecho colaborador de Exxon durante los años de Bush-, la califica de “el fraude más grande jamás habido”. Ambos recibieron financiación de las firmas europeas. Christine O´Donnell, la candidata creacionista del Tea Party por Delaware, habla del IPCC con el mismo deprecio con el que habla de Charles Darwin.
Los candidatos del tea party también tienden a oponerse ferozmente a la regulación gubernamental. Esa combinación -libertarian y ciencia anti-clima- pone en el top de la lista negra de los republicanos a EPA procurando limitar la autoridad de la agencia. Ya, algunos líderes republicanos exigieron a la jefa de EPA, Lisa Jackson, que justifique el costo potencial para la industria o unas docenas de empleos por los controles de polución, no sólo aquellos que regulan las emisiones de gases de efecto invernadero.
En las páginas del Washington Times, Fred Upton, un republicano de Michigan que es favorito para encabezar el comité de energía y comercio, acusó a EPA de aumentar las regulaciones costándoles a los americanos sus empleos[8]. "Si la EPA no disminuye, los empleos serán embarcados a China e India con los siderales aumentos de los costos de la energía", escribió. “La mayor parte de la atención de los medios de comunicación se enfocó en los esfuerzos de EPA para regular las emisiones de cambio climático, pero esto es solamente el principio”.  
Mientras tanto, el principal rival de Upton para el puesto en el comité, el tejano Joe Barton, escribió una carta a la agencia exigiendo una revisión de los costos potenciales para la industria y el desempleo producto de las regulaciones. La lista de Barton no es para las emisiones de gases de efecto invernadero, pero forzaría a EPA a justificar los costos potenciales de las normas. También pide a EPA rever las regulaciones que gobiernan el uso de combustibles de aviación, o la polución de mercurio transportado por el aire. Barton causó controversia en junio cuando ofreció disculpas a la petrolera BP por la “extorsión” de 20.000 millones de dólares que, según él, le pidió la Casa Blanca para cubrir los gastos por el derrame del Golfo.
Obama defendió la base legal de EPA para reducir las emisiones de dióxido de carbono: una decisión de la Corte Suprema de dirigir el tema bajo la autoridad del Clean Air Act. [9]"EPA está bajo un court order que dice que los gases de efecto invernadero son contaminantes bajo su jurisdicción. Una de las cosas para mi es no ignorar la ciencia, sino más bien encontrar caminos para solucionar estos problemas sin hacer daño a la economía", dijo. Scott Segal, abogado de la industria para Bracewell & Giuliani, dijo que hay una "certeza virtual" de que ambas Houses del Congreso adoptarán un retraso en el inicio de la autoridad regulatoria de EPA para los gases de efecto invernadero[10].
Varios miembros republicanos claves del Congreso -más notablemente Darrell Issa, que podría asumir el House Oversight and Government Reform Committee- dijeron que planean investigar a los científicos del clima que afirman que hubo datos manipulados para demostrar que la actividad humana contribuye al calentamiento global[11].


El calentamiento global fuera de moda


Un estudio realizado por el Pew Research Center encontró que durante los últimos cuatros años, el porcentaje de americanos que creen que la prueba científica sobre el cambio climático es sólida disminuyó de 79 a 59%. En 2006, la mitad de las personas creía que el calentamiento global fue causado por actividades humanas. Una encuesta realizada por Opinion Research Corp. mostró que el 82% de los demócratas cree que Estados Unidos debería tener un papel principal en relación al calentamiento global, sólo el 39% de los republicanos van por el mismo camino. Por otra parte, los investigadores de opinión pública están de acuerdo que el ascenso del “tea party” representa un creciente escepticismo sobre demandas como el cambio climático. En su estudio, por ejemplo, Pew encontró que el 70% de los simpatizantes del tea party no están convencidos de las evidencias que muestra que la tierra se calienta.
En la encuesta New York Times/CBS encontró que sólo el 14% de las partidarios del tea party dice que "el calentamiento global es un problema ambiental que tiene un efecto en la actualidad". Opinion Research reportó que sólo el 27% de los adherentes al tea party apoya la idea que América tiene que jugar un rol importante en el problema. El New York Times también documentó que entre algunos de los adherentes del tea party existe una objeción religiosa "strong streak" a la realidad del cambio climático. Como Norman Dennison, uno de los fundadores del grupo en Indiana, dijo "el calentamiento global es una mentira completa... I read my Bible (…) Él hizo esta Tierra para que nosotros la utilicemos"
El apoyo republicano para aumentar el financiamiento federal a la tecnología eólica, solar e hidrógeno cayó 20 puntos a partir de 2008, según Pew. Hubo una caída de 13 puntos en el mismo periodo entre los republicanos para favorecer "una mejor eficiencia de combustible" para los vehículos[12]. Las perspectivas demócratas sobre las mismas preguntas cambiaron poco durante los últimos dos años, según la encuesta. Entre los independientes, hubo una disminución, pero menos pronunciada que los republicanos.
La diferencia partidista probablemente sea resultado de la creciente sospecha entre los republicanos sobre los gastos de gobierno, más que por el desdén hacia la energía renovable, dijo Christopher Borick del Muhlenberg College. Según Borick, la recesión y el déficit están jugando papeles potenciales.


La desinformación sobre el cambio climático



Aunque hay un papel importante para el escepticismo en la ciencia, durante casi 30 años algunas corporaciones apoyaron una campaña de desinformación sobre la ciencia del cambio climático. Mientras puede ser razonable ser algo escéptico respecto de los modelos de cambio climático, estas definiciones no están basadas en un escepticismo razonable, sino en una categórica falsificación y distorsión de la ciencia del cambio climático.  Los medios de comunicación dictan a la mayor parte de la gente lo que debe saber sobre los debates científicos contemporáneos.
Estas afirmaciones incluyeron aserciones de que la ciencia del cambio climático ha sido completamente "desacreditada" y que no hay ninguna prueba de causalidad humana del calentamiento recientemente observado. Hay numerosas líneas de evidencia que indican la causalidad humana incluso si esto no es un tema completamente terminado. No se puede decir que no existe(n) prueba(s) de causalidad y otros reclamos que con frecuencia son hechos por campañas de desinformación bien financiadas. Distorsionan completamente un conjunto de pruebas que el mundo tiene que entender para protegerse de los enormes daños potenciales.
El 21 de octubre de 2010, John Broder escribió en The New York Times que "las industrias de combustibles fósiles emprendieron durante décadas una campaña concertada para generar dudas sobre la ciencia del calentamiento global y minar las políticas implementadas para contenerlo"[13]. Según el artículos de NYT, la industria de combustibles fósiles crearon y financiaron con generosidad institutos para producir estudios e informes anti-calentamiento global, pagando por reuniones y websites para hacer preguntas a la ciencia, y generando montones de análisis económicos que pretenden mostrar que la política para reducir las emisiones de gases tendrán efectos devastadores sobre los empleos y la economía en su conjunto.
La desinformación sobre el estado de la ciencia del cambio climático es extraordinaria, sino criminalmente, irresponsable, porque la perspectiva del consensus científico está basada en pruebas fuertes de ese cambio climático:

* Ya está siendo experimentado pro decenas de miles en el mundo;

* Será experimentado en el futuro por millones de personas con las emisiones de gases de efecto invernadero que ya fueron emitidas, pero que aún no se sintieron debido a los retrasos en el sistema climático; y,

* Aumentará dramáticamente en el futuro a no ser que se reduzcan de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las amenazas del cambio climático incluyen muertes y peligro de sequías, inundaciones, calor, daños y perjuicios relacionados con las tormentas, crecimiento de los océanos, calor que impacta en la agricultura, pérdida de animales, discusiones sociales causadas por la disminución de los recursos, enfermedades producto de una variedad de dolencias, inhabilidad para confiar en fuentes tradicionales de alimentos, destrucción de las provisiones de agua. La existencia misma de algunas pequeñas naciones en islas es amenazada por el cambio climático. Mientras existe posibilidad de que el cambio climático pudiera crear este tipo de destrucción, la desinformación sobre el estado de la ciencia del cambio climático es moralmente reprensible si esto conduce a una inacción para reducir la amenaza que presenta el cambio climático.
De hecho, cómo trata con la incertidumbre de la ciencia del cambio climático es un tema ético, porque las consecuencias del retraso podrían ser más severas y la gente más pobre en el mundo es la más vulnerable. Las corporaciones que han financiado la siembra de la duda sobre este tema hacen claramente esto porque ven allí estrategias de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como una forma desfavorable de afectar sus intereses financieros.




[1] The Huffington Post, “Why Voting Matters for the Climate Movement”, (29/10)

[2] The Guardian, “Big Oil spends $69.5m on ads to get the Congress it wants”, (1/11)

[3] The Guardian, “Tea Party climate change deniers funded by BP and other major polluters”. (24/10)

[5] Los Angeles Times, “GOP plans attacks on the EPA and climate scientists”, (30/10)

[7] Los Angeles Times, “Delusions, dollars and climate”, (30/10)

[8] The Washington Times, “Declaring war on the regulatory state”, (18/10)

[9] En el siguiente link puede leer sobre el Clean Air Act, (abril de 2007)

[10] The New York Times, “Republican Victories Boost Effort to Block EPA's Climate Rules”, (3/11)

[11] USA Today, “GOP plans attacks on EPA, climate scientists”, (2/11)                  

[12] The New York Times, “Big Partisan Gap on Climate Change Is Widened by Tea Partiers”, (29/10)

[13] The New York Times, “Climate Change Doubt Is Tea Party Article of Faith”, (21/10)


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