Las informaciones están ahí para todos, pero el diferencial está en usarlas de forma adecuada.

viernes, 28 de enero de 2011

Déjà vu. Aumentos de precios e inflación


* El aumento de los precios de las materias primas está afectando desigualmente a los países industrializados y a aquellos en desarrollo. El peso de la alimentación en la cesta de la compra supone en los países en desarrollo más del doble que en los desarrollados. Esto explica el mayor impacto relativo en el IPC en los primeros de la espiral alcista del precio de los alimentos. Las economías desarrolladas, con un exceso de capacidad productiva, se enfrentan a un alto endeudamiento a problemas derivados de un elevado desempleo y a un riesgo de deflación. Por eso no solo aceptan el aumento de los precios, sino que en algunos casos, como los Estados Unidos son un resultado buscado por su política económica. En los países en desarrollo, donde la capacidad productiva se encuentra altamente utilizada, las autoridades están más pendientes de controlar su crecimiento para evitar un sobrecalentamiento de sus economías. El alza de los precios de los granos, de la energía y de los metales supone un reto importante. Es cierto que, el ciclo de la inflación de los alimentos es más breve que el de otras materias primas. Las cosechas, dado que son anuales pueden responder con mayor rapidez a un aumento de precios que la producción de energía o de minerales. Por otro lado, los aumentos del precio de los alimentos tienen fuertes repercusiones en países emergentes, con una mejor renta per capita, mientras que el alza de los precios de la energía y metales afecta más a los costos de producción y tienen una menor incidencia en el IPC.
La inflación es el tema del momento en el mundo y será uno de los grandes dilemas de las políticas económicas en 2011. Después de dos décadas, volvemos a observar una nueva inflación global, ahora con origen en los países emergentes. La fuente de la inflación son las commodities, elevadas por la creciente demanda asiática y las dificultades locales en la producción de alimentos. El alza de los precios de las commodities genera presiones en diversas economías, en diferentes prácticas de recuperación, incluso en la Europa sumergida en una crisis de deuda soberana[1]. Las estrategias de inversiones pasan por la perspectiva de una respuesta de las autoridades monetarias que enfrentan el problema.[2]
El aumento del valor de las commodities ya es objeto de queja en el viejo continente y entra en la agenda del G-20 este año. El proyecto del gobierno francés de regulación de esos mercados es la prueba de una inversión política internacional que desplazará a otras discusiones en la OMC. También reside ahí el tema de la guerra de monedas. Después de reivindicaciones de países emergentes, ante la crisis en los países ricos, ahora los reclamantes se invierten.
            Una de las eventuales consecuencias de un repunte inflacionario es que los bancos centrales comiencen a adoptar políticas monetarias restrictivas, que consisten en elevar las tasas de interés de referencia –que son las empleadas por los bancos para fijar el costo del crédito a empresas y personas-, que han permanecido bajas como medida para estimular la actividad económica después de la crisis. Si las tasas de interés llegaran a subir, el costo del crédito será mayor tanto para los deudores como para las empresas y personas que requieran de financiamiento para sus actividades productivas o el consumo de bienes y servicios. En Europa, el Banco Central Europeo (BCE) advirtió que está listo para subir sus tasas si es necesario para combatir la inflación[3]. "En nuestro caso, consideramos que la inflación subyacente no es necesariamente un buen predictor de la inflación futura", dijo el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet al diario The Wall Street Journal.[4]
En China, el banco central aumentó nuevamente los requerimientos de reservas a los bancos comerciales, lo que constituye una medida monetaria restrictiva[5]. Incluso en Estados Unidos, la Fed se mostró meno preocupada por la posibilidad de deflación y más optimista respecto a las perspectivas de crecimiento para este año. Los países con posiciones fiscales débiles en Europa se verían negativamente afectados por un incremento en las tasas de interés, lo que aumentaría la probabilidad de incumplimiento y generaría mayor incertidumbre y nerviosismo sobre el sistema bancario europeo.
La situación de los países en desarrollo es hoy completamente diferente de la del pasado. La crisis de 1929, por ejemplo, partió de una superproducción de alimentos que provocó depresión mundial. El café en Brasil llegó a ser quemado con la caída de las cotizaciones internacionales. Había un fuerte deterioro en los términos de intercambio que perjudicaba a América Latina, mientras ahora se verifica exactamente lo opuesto.
Con la saturación de las políticas anti-cíclicas, iniciadas con la crisis de 2008, los países están lanzándose a las exportaciones, lo que puede generar un proceso agudo de caída en los precios de los manufacturados. Eso crearía un fenómeno tan curioso cuanto imprevisible en las relaciones económicas internacionales, con dos situaciones polares: la inflación de los alimentos y deflación industrial. Uno de los grandes riesgos está en los precios de la energía. La cotización del petróleo en el mercado mundial volvió a acercarse a los 100 dólares, el nivel más alto en los últimos dos años.  En el caso del doble efecto del aumento en el precio del petróleo sobre la economía internacional –en la crisis de los años 70- preponderó la fuerza inflacionaria.
El sistema político internacional debe sufrir cambios de tendencias si el viraje en los precios perdura. Las certezas en cuanto al cambio de guardia en el orden mundial a favor de los emergentes quedan sacudidas con tantas contradicciones. Por ejemplo, Brasil, aunque sea exportador de productos básicos, tiene ahorro y depende de los capitales foráneos. Esas inversiones se deterioran con el aumento de la inflación, fragilizando la estabilidad que fortalece la política exterior.
Para una economía tan grande y con datos no fiables, es imperativo para investigadores e inversores recolectar tanta información como sea posible. Después de los datos de la inflación del National Bureau of Statistics (NBS) de diciembre pasado, los inversores deberían preguntar cual es el número real de inflación, según Diana Choyleva, directora del Lombard Street Research en The Wall Street Journal.[6] El gobierno chino fijó una meta del 3% para la inflación del 2010, objetivo que no obstante se hizo inalcanzable después de que la inflación se disparara un 3,2% en los primeros 11 meses, principalmente impulsada por el incremento de los precios de los alimentos. En noviembre, la inflación alcanzó el 5,1%, la cifra más elevada de los últimos 28 meses. Los precios de la vivienda en China llevan un tiempo altos, y parece que le sigue una creciente serie de otros bienes. La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma anunció a finales de diciembre un crecimiento de 3,77% en los precios de la gasolina, al equivalente de 3,50 dólares por galón, un alza de 11% en aproximadamente un año[7].
 Por eso, China viene actuando para contener los precios. Lanzó una serie de medidas para contener los precios, con dos alzas de los intereses, una ligera valorización de la moneda, menor disponibilidad de crédito, controles de precios e iniciativas para erradicar la especulación ilegal en los alimentos. Y puede haber conseguido buenos resultados. La inflación al consumidor anual en diciembre habría reculado a un 4,6% del 5,1% en noviembre. Los números, que no son oficiales, fueron divulgados por los medios chinos. Esas informaciones sostienen también que el PBI chino habría crecido un 10,3% el año pasado, un poco por encima de la previsión (de un 10,1%).



Las informaciones ayudaron a reducir la expectativa de los mercados de que las autoridades chinas tendrán que adoptar más medidas agresivas para desacelerar el crecimiento[8]. A pesar de las proyecciones que apuntan a una contracción económica, China continuará siendo el motor de crecimiento para muchas economías este año, especialmente para los países exportadores de commodities.
Debido a que la inflación suele provocar una amplia preocupación entre el público, están creciendo las expectativas de un nuevo incremento de las tasas de interés que reconoce que es muy posible que el Banco Popular de China, el central del país, aumente las tasas de interés hasta tres veces en 2011, especialmente durante la primera mitad del año. Además, China podría permitir que el controlado yuan se aprecie un poco más aceleradamente este año, como parte de sus esfuerzos por frenar la inflación. Se espera que el yuan llegue a las 6,3 unidades por dólar a fines del 2011.
Si Beijing realmente tiene la intención de tomar medidas drásticas contra la inflación, necesita controla la expansión de los préstamos. Cuando se trata de préstamos, las intenciones de Beijing –y su control sobre la situación- son difíciles de entender. Incluso si la meta de Beijing para los préstamos nuevos en 2011 fue reducida en alrededor del 10%, a cerca de 1 billón de dólares, como los economistas ahora piensan, sigue siendo una tasa bastante alta. Desde el 2006 hasta el 2008, antes que las tasas para los préstamos fueran elevadas significativamente para impulsar el crecimiento económico, la actividad crediticia sólo promediaba poco más de medio billón de dólares al año. El año pasado, el volumen de préstamos superó el límite oficial y los bancos estaban, además, concediendo un monto sustancial de créditos “en la sombra”, que son dejados fuera de las hojas de balance[9].
Las altas tasas de inflación en China, por otra parte, pronto pueden ser sentidas en las orillas estadounidenses. Para los exportadores norteamericanos, esta no es una mala noticia. La administración Obama se ha quejado por mucho tiempo de que la moneda china subvalorada genera una desventaja a las manufacturas estadounidenses. Pero los infortunios de la inflación china cambian la dinámica. Como los bienes chinos se hacen más caros, mejora la "competitividad relativa" de los productos estadounidenses[10].
Los consumidores estadounidenses también se preocupan por la alta tasa de inflación de China. Con el alza de precios en ese país, las empresas estadounidenses que hacen bienes allí sentirán la presión y pasarán los aumentos a los consumidores estadounidenses.
En la India, donde los precios de los alimentos impulsaron la inflación en buena parte de 2010, las expectativas eran que una sólida cosecha de arroz y otros productos básicos amenizara la presión. Pero los datos más recientes del gobierno muestran que la situación de los alimentos no fue resulta y la inflación aumentó. Algunos economistas dicen que la Reserve Bank of India que ya elevó las tasas de interés seis veces en 2010, va casi ciertamente a aumentarlos a fines de este mes. La previsión es que la economía india crezca 8,75% el año que termina el 31 de marzo, según el Fondo Monetario Internacional.[11] Los alimentos representaron 47% de la canasta de productos que componen el índice de precios al consumidor de India y 34% de la de China.[12]
En Rusia, las sequías hicieron que los precios del trigo se dispararan y derrumbaron la meta del gobierno de mantener la inflación en la franja del 6 a un 7% en 2010.  Rusia cerró el pasado año con una inflación del 8,8%, una décima por encima de la anterior estimación preliminar. El rally alcista en el mercado internacional alimentario es, a juicio de expertos, el principal factor que acelera la subida de los precios de consumo en el país. 
La esperada recuperación de la economía estadounidense –por los cálculos del Federal Reserve (Fed), que debe quedar entre 3 y 4%, tiende a empujar los precios de las materias primas, atenuando el efecto de reducción de la demanda por parte de China. Por otro lado, si la economía estadounidense crece, lo natural es que el dólar suba  los precios de los commodities caigan. Pero tenemos que considerar que, aún si desacelerara, la expansión de la economía china aún será muy fuerte. Además de eso, hay un proceso inflacionario por las alteraciones climáticas, como por ejemplo, lo que ocurrió con las inundaciones en Australia. Nuevos datos del gobierno británico mostraron que la economía no creció en el cuarto trimestre pese a que la inflación se aceleró. Eso genera la posibilidad de que haya una estanflación —alta inflación y bajo crecimiento— como la que golpeó a Gran Bretaña en los años 70.
            El gobierno brasileño, por su parte, se colocó en una encrucijada.  Las preocupaciones por un aumento en los costos de los servicios tras la mayor expansión económica en 24 años, además de crecientes precios de los alimentos, han tomado un rol central en las últimas semanas y el índice Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) cerró el 2010 en un 5,91 por ciento, su mayor nivel en seis años. La valorización del real ayuda a administrar la inflación con importados, destruyendo parte de su industria. El aumento de los intereses para disminuir la inflación atrae más capital especulativo y aumenta la presión monetaria. El control de los flujos financieros es útil, pero coloca en riesgo el balance de pagos cuando acumulamos déficits externos elevados. El crecimiento cae, restando saber que acontece con la inserción internacional del país.
            El nuevo gobierno enfrenta una enorme desventaja en relación a los últimos cuatro años de la administración Lula. Tendrá que atacar la inflación sin contar con el efecto “achatador” que la valorización del cambio ejerce sobre los precios ni con la persistencia de los bajísimos índices de inflación en los países ricos[13].  Los economistas prevén que el referencial IPCA treparía un 5,42 por ciento este año.
            Con tantas variables, el futuro de las commodities es un gran punto de interrogación en las meses de operaciones y en los gabinetes de los gobiernos. No olvidemos de que el aumento de los precios de los últimos meses se deriva del aumento del precio de las materias primas y que esto ya sucedió de manera similar en 2008. Estamos pues ante un dilema conocido. ¿Estamos seguros de que no nos encontramos ante un cambio estructural en la relación entre los precios de las materias primas y del resto de bienes de consumo, en lugar de ante el inicio de una espiral inflacionista? Mientras tanto, los escenarios que se diseñan para 2011 deben exigir un juego de cintura de las autoridades monetarias para equilibrar el crecimiento económico y el control de precios.



[1] The Economist, “Commodity prices and global growth, Back with a vengeance”, (20/1)

[2] Globe and Mail, “Why inflation is on the radar screen”, (24/1)

[3] The Wall Street Journal, “ECB Warns on Food Supply”, (21/1)

[4] The Wall Street Journal, “Global Price Fears Mount”, (25/1)

[5] Economic Times, “Emerging markets stalked by inflation, rates”, (21/1)

[6] The Wall Street Journal, “The Real Picture of Chinese Inflation”, ( 24/1)

[7] The Wall Street Journal, “Cooking Oil's Surge Shows How Inflation Hits Chinese”, (1/1)

[8] The Economist, “Price rises in China, Inflated fears”, (6/1)

[9] The Wall Street Journal, Heard on the Street, “Is China Flying Too High?”, (21/1)

[10] USA Today, “Inflation in China may help U.S. exports”, (20/1)

[11] The Wall Street Journal, “Developing Nations Fight Inflation”, (8/1)

[12] The Wall Street Journal, “Rising Price Pressures Spur Concerns”, (26/1)

[13] Estado de San Pablo, “Como domar a inflação?”, (2/1)

jueves, 27 de enero de 2011

Plus ça change... plus c''est la même chose


El famoso epigrama del periodista francés Jean-Baptiste Alphonse Karr es perfecto para el momento actual. Tratándose de la recuperación de la economía global, Plus ça change... plus c''est la même chose, mientras más cosas cambian, más permanecen iguales. Si no estuviera el drama fiscal europeo tan en evidencia un lector distraído podría fácilmente descartar los titulares de los últimos días, creyendo que lee los diarios de tres años atrás. Alza de los precios de los commodities, choque de oferta de alimentos, elevación de la inflación global, clamores de sobre-valorización cambiaria en las economías emergentes, sobre todo a causa de la abundancia de liquidez externa… Todos esos ingredientes estaban presentes en el inicio de 2008, a las vísperas de la crisis financiera. La violenta recesión financiera los removió, temporalmente, del tope de la lista de preocupaciones de las autoridades mundiales. Sin embargo, los temas volvieron revigorizados y renovados en este inicio de 2011, sintomáticos de los alarmantes desequilibrios por detrás de la reanudación de la actividad mundial.
En el inicio de 2008, fueron los exceso del sector financiero privado de las economías avanzadas que, en conjunto con la exuberancia de algunos países emergentes, crearon las condiciones para las alzas verificadas en los precios de las materias primas y para la abundancia de liquidez, presionando la inflación, de un lado, y valorando las monedas locales, por otro. En 2011, son los excesos de los gobiernos de las economías maduras provocados tanto por la necesidad de contener el impacto recesivo de la crisis cuanto por cierta dosis de imprudencia, en combinación con una postura macroeconómica pro-cíclica semejante a la de 2008 en algunas economías emergentes, que están generando síntomas y dilemas iguales a los anteriores.
Pero, los instrumentos de política económica que están siendo usados por algunos países emergentes para enfrentar los mismo problemas de 2008 han sido un poco diferentes. Más medidas macro-prudenciales, más intervención en los mercados de cambio, menos instrumentos monetarios convencionales. ¿Por qué?
Por un lado, hay un “nuevo” contexto global post-crisis. El consenso de que las fallas en regulación hicieron al sistema financiero mundial más vulnerable, posibilitando la crisis, sirvió para enaltecer el papel de las medidas prudenciales, como atestiguan varios informes recientes de órganos internacionales, como el FMI. Esa es una razón para que instrumentos como el coeficiente de caja, cambios en los requerimientos de capital para determinadas operaciones de crédito o aún ciertos tipos de intervención en el funcionamiento de los mercados de cambio tengan hoy más relevancia y aceptación que en el pasado reciente, motivadas por la necesidad de prevenir los excesos perniciosos de liquidez y de crédito.
Por otro lado, como el instrumento convencional de combate a la inflación, la tasa de interés, tiende a acentuar el ya elevado diferencial entre los ingresos de los activos de las economías emergentes y de las economías maduras, las medidas de prudencia tienen un beneficio colateral ventajoso ahora, aunque sean un poco distorsionados. Como esos instrumentos tienen un impacto sobre la condiciones de liquidez de la economía, pueden atenuar el dilema de los bancos centrales de los países emergentes al limitar la magnitud del ahogo monetario necesario para contener las presiones inflacionarias, reduciendo el impacto sobre el diferencial de intereses que estimula las entradas de capitales y valora las monedas locales.

viernes, 21 de enero de 2011

Inflación climática

Nunca se vio tanta complicación climática con tantos productos en tantos lugares al mismo tiempo. Pero, además de las sequías e inundaciones, hay otros motivos permanentes y temporales para el alza de los precios. El trigo fue castigado en noviembre por una fuerte sequía en Ucrania y en Rusia. Y ahora es alcanzado por la inundación en Australia. Del trigo producido en Australia, un 60% fueron rebajados para ratio porque no fueron considerados apropiados para consumo humano.
La soja sorprendió a todo el mundo. Se apostaba a la caída y el producto está en alza. Además de las quiebras de cosecha, hay ahora sequía en Argentina. El maíz, como es cultivo complementario de la soja en muchos lugares, también anda con una reducción de la producción. El café enfrentó huracanes en América Central y reducción de producción en Colombia. En el algodón, hubo reducción de la producción en Estados Unidos porque los precios estaban bajos. Los problemas climáticos en Pakistán también afectaron a la caña de azúcar. Es más fácil decir que producto no tiene problemas. El arroz tiene buena producción y una oferta abundante, pero en la mayoría de los productos hay una mezcla de choques de oferta con bajos stocks.
Los bajos stocks no son eventuales. Es que hace algún tiempo la política agrícola de todos los países viene abandonando la práctica de mantener altos stocks de los productos. Es caro mantener el producto guardado. Así, cualquier choque de oferta puede producir una elevación de los precios. Este año es un extraordinario ejemplo de los extremos climáticos y como ellos producen choques de oferta. Eso se suma a la demanda creciente en Asia por todos esos productos y más la actuación de los fondos financieros en los mercados futuros de commodities. Los fondos financieros no crean tendencias, pero las aceleran. Cuando el movimiento esta en alza, la especulación se eleva más.
Sólo ese lado de las commodities agrícolas ya muestra que esta inflación no es simple. Pero no es el único factor de presión de precios. La madre de los problemas es la demanda excesivamente calentada, que hace que los aumentos de precios se esparzan. El sector de servicios anda con precios por encima del techo de la inflación hace mucho tiempo y va a continuar así. El aumento de los gastos de los gobiernos aumenta aún más la presión de la demanda.
Además de la volatilidad de la oferta agrícola, por los eventos climáticos, y de la demanda calentada en Brasil, hay también un alza en los precios de los commodities metálicos. El precio del acero subió más del 35% en los últimos dos meses e incrementó las presiones inflacionarias, ya alimentadas por el aumento en los alimentos y fuentes de energía. Las inundaciones en Queensland interrumpieron gravemente el suministro mundial de carbón de coque, un importante ingrediente en la producción de acero, lo que llevó a una lucha en el sector industrial para acumular acero. Como son minas subterráneas, puede tardar meses para que vuelvan a producir. Ante ese escenario, los precios del acero subieron.
La situación elevó el precio de la bobina de acero laminado caliente en Estados Unidos, referencial del mercado, en un 37% desde el inicio de noviembre, a una cotización de 783 dólares por tonelada, la mayor en dos años. El coque para entrega inmediata llegó a 350 dólares por tonelada, un 55% por encima de los contratos trimestrales, que hace sólo algunas semanas eran negociados a 225 dólares. El mineral de hierro, otro tipo de ingrediente para producir acero, avanza rápidamente en dirección a un nuevo nivel récord, con el producto referencial de entrega a China costando 178,30 dólares por tonelada, un 20% más que en el inicio de noviembre.
Las inundaciones en Queensland está dando un estímulo a los precios del acero”,Ralph Oppenheimer, presidente ejecutivo de Stemcor, una empresa de comercialización de acero. “Las personas están luchando para conseguir suministro”. El Estado australiano produce más del 50% de la oferta mundial de coque transportado por el mar, del cual dependen las siderúrgicas en Asia y, en menor grado, en Europa Occidental. afirmó
Aunque los cambios en el precio del acero tengan menos impacto inmediato sobre los consumidores que las oscilaciones en los commodities agrícolas y energéticos, el mercado del acero, que mueve 500 mil millones de dólares por año, es crucial para la economía mundial, por ser la materia prima más importante para varios productos de uso cotidiano.
Los analistas y los ejecutivos esperan que el precio del acero suba aún más debido a los continuos aumentos de los costos de las materias primas. Aunque la demanda global del acero no es tan fuerte como lo era en 2008, los traders y los analistas dijeron que los precios podrían llegar a niveles records si las fuertes lluvias de Australia siguieran interrumpiendo el suministro de carbón de coque, forzando a los productores de acero a cortar su producción.

miércoles, 5 de enero de 2011

El legado de Lula

           Ocho años que cambiaron la economía, colocaron a Brasil en la ruta del crecimiento sostenido y lo transformaron en uno de los mercados más codiciados del mundo. En octubre de 2002, en su primer discurso como presidente electro de Brasil, Lula da Silva reveló una ambición sencilla: “Necesitamos garantizar que cada hombre o cada mujer, por más pobre que sea, tenga el derecho de desayunar, almorzar y cenar todo santo día”.
            En la era Lula, casi 40 millones de brasileños dejaron la línea de la pobreza y se hicieron una poderosa clase medio consumidora. Esas personas pasaron a alimentarse más y mejor, a comprar automóviles y electrónicos, a viajar de vacaciones y a realizar el sueño de la casa propia. Brasil pasó a ser una gran voz entre los países emergentes, sentado codo a codo en los foros de poder y negocios internacionales.
            Un círculo virtuoso de distribución de renta, justicia social y crecimiento que cambió la economía brasileña y despertó la atención del mundo. Al recibir de las manos de Fernando Henrique Cardoso la presidencia, Lula asumió un país mal visto por el mundo financiero, una herencia de tropiezos económicos causados por el súper endeudamiento y por la hiperinflación en los 80 e inicios de los 90. Sus dos antecesores, Itamar Franco y FHC, consiguieron domar el dragón de la inflación con el Plan Real, pero el rescate de la confianza internacional plena sólo acontecería en el gobierno de Lula. ¿Ironía del destino?
            Lula reconquistó la credibilidad global. Él mismo era visto como una amenaza seria a la estabilidad económica y, en el ejercicio del poder, se reveló su mayor defensor. Lula acabó con el riesgo Lula. En vísperas de las elecciones de 2002, el llamado riesgo-país (termómetro que mide la confianza de los inversores en la capacidad de una nación de honrar sus pagos) medido por el banco J.P.Morgan alcanzó los 2.436 puntos, equivalente al índice de países como Pakistán y Burundi. Hoy, el escenario es el extremo opuesto. Gracias al mantenimiento de los pilares macroeconómicos construidos en los años de FHC y de la reducción de la deuda pública en proporción del PBI (ver gráfico), el riesgo-país llegó a los actuales 174 puntos. 

          
El rescate y el mantenimiento de la credibilidad externa son contemplados como el mayor legado de Lula para empresarios y hasta adversarios políticos. Lula deja la consolidación de una política económica responsable. Brasil es hoy uno de los principales destinos de inversiones extranjeras. La entrada récord de dólares abrió camino para el aumento de las reservas internacionales, que saltaron de 37,8 mil millones de dólares en 2002 a casi 285 mil millones de dólares. En el camino inverso, el dólar cayó de 3,94 reales a menos de 1,70 reales. El equipo económico de Lula, liderado por Guido Mantega en Hacienda y Henrique Meirelles en el Banco Central, hizo que el país quedara menos endeudado.
            La relación deuda/PBI cayó del 60,6%, en 2002, a un 40%, en 2010. La tasa de intereses reales (además de la inflación) descendió siete puntos porcentuales. El crédito, una de las locomotoras del crecimiento, aumentó en 20 puntos porcentuales y quedó próximo a un 50% del PBI. En un positivo efecto cascada, el crecimiento del PBI deberá aproximarse al 8% en 2010, casi tres veces superior a la media del 2,6% de los cuatro años anteriores. Todo eso creó un campo fértil para el avance de la nueva clase media.
            Más que mantener intacta la herencia monetaria del Plan Real, Lula capitaneo una revolución de consumo que hizo del mercado doméstico la gran razón para atraer inversiones locales y externas y escapar más rápido de la gran recesión global de 2008.

La(s) estrategia(s) del gas shale, ¿Cómo apostar por un gas barato?


La revolución norteamericana del shale está descontrolada, con firmas forzando arriendos para aumentar la perforación aún con la depresión de los precios del gas. Estimaciones cautelosas ponen al hallazgo del gas shale en torno de los 616 billones de pies cúbicos -el equivalente en términos de energía en 106 mil millones de barriles de petróleo, aproximadamente las reservas probadas de Kuwait.
El descontrol debería durar hasta 2011, aun cuando muchos pozos sean "money-losers". Todo esto debería conducir a una onda de consolidación y joint-venturing -como el reciente acuerdo de Talismán Energy con Sasol- en el espacio del gas. Pero los pioneros del shale se hicieron víctimas de su propio éxito. A la magnitud de las reservas desenterradas por algunas como Chesapeake Energy y XTO, ahora división de Exxon Mobil, los precios se sumergieron, aún con el renacimiento económico impulsando la demanda. El gas se negocia ahora un poco más de un tercio del nivel de junio de 2008. Así, en vez, de una reducción, la industria de energía ha intensificado su perforación. El número de aparejos que perforan el shale se ha duplicado desde 2007 a más de 500, según Tudor, Pickering, Holt.
La parte de la explicación de este comportamiento perverso es la estructura de arriendos para la tierra. Los arriendos "drill-it-or-lose-it" a menudo obligan a las firmas a bombear el gas o decir adiós a sus reclamos -que puede costar hasta 30.000 dólares el acre en los lugares principales de Louisiana o Texas. La perforación involuntaria de esta clase sólo comenzará a terminarse en 2011. Cualquier freno natural en una actividad autodestructiva también ha sido debilitado por un spree de joint-venture. La impaciencia por conseguir una parte de la bonanza de energía norteamericana, las firmas de energía extranjeras financian los costos de perforación a cambio de una participación en el botín.
La sudafricana Sasol, el mayor productor mundial de combustibles de motores procedentes del carbón,  acordó pagar 75% de los costos de perforación de Talisman en un intercambio por el 50% de interés en algunos activos del shale canadiense[1].  Los activos incluidos en la transacción cubren un área de 51.000 acres (20.655 hectáreas) y representan un volumen calculado de recursos de 9,6 billones de pies cúbicos de gas o el 22% del recurso potencial de Talisman en el área. El campo de Farell Creek tiene un bajo riesgo operativo y grandes facilidades para el transporte de gas por la infraestructura de gasoductos norteamericana[2].
Además, ambas empresas han acordado estudiar la posibilidad de utilizar la tecnología de Sasol para licuar el gas natural y poder utilizar otros sistemas distintos de los gasoductos para su transporte. "Aunque el acuerdo no tiene ni pérdidas, ni ganancias con el precio del gas a 4 dólares por millón de BTU, Talisman puede mejorar su tasa de rendimiento inicial en Farrell del 9 al 40%", dijo George Toriola, analista de UBS en una nota a sus clientes[3]. Es más fácil seguir perforando cuando alguien aporta el dinero, aún cuando la mitad de todos los nuevos pozos sean poco económicos en los precios actuales del gas, según Tudor, Pickering.
Hasta ahora, la mayor parte del dolor por el derrumbe de los precios ha sido amortiguado por una cobertura. Pero el declive prolongado en los precios del gas comenzará a escabullirse a principios de 2011. Aún así, esperan que el suministro de gas natural suba otro 5%. Si el precio del gas sube más, hay aproximadamente 1.000 pozos que esperan ser completados.



También la búsqueda de líquidos en el shale


Después de todos, mientras el precio de un barril de petróleo se cierne alrededor de 91 dólares, el gas natural ofrece la misma cantidad de energía pro un precio acordado en 27 dólares. Incluso el carbón tradicionalmente barato está bajo amenaza del gas con los actuales precios. Los precios del gas natural deberían permanecer por debajo de los 5 dólares por millón de BTU en 2011. Pues los productores de energía se enfocaron en la perforación de gas, que hace más joint-ventures o activos de venta probablemente.
Y otros productores reforzarán los activos shale de petróleo, en particular en la región Bakken en Dakota del Norte y el Eagle Ford shale en Texas. Los precios del gas natural llevan a las empresas independientes al boom del petróleo shale.[4] El especialista en gas EOG Resources ya abrió el camino, aumentando la producción líquida en 43% contra 2009. Los proyectos de la empresa son de sacar 23% de sus ingresos norteamericanos de líquidos y 77% de gas en 2007 para pasar a 67% en líquidos y 33% en gas para 2011.
Chesapeake también se ha pasado al petróleo. Un plan agresivo para desplazar el capital expenditure (capex) del gas natural al petróleo y plays ricos en líquidos. El capex se reenfocará en el aumento de esta exposición en un valor de 15 dólares por mil pies cúbicos equivalente (mcfe), comparado con el valor de 4 dólares/mcfe para la producción de gas natural[5].Chesapeake planea aumentar sus gastos en líquidos al 65% de su capex en perforación y terminación en 2012, comparado con el 35% para el gas natural. Su capex de 2009 fue compuesto 10% destinado al gasto de líquidos versus 90% para el gas natural.
La empresa impulsará la producción de líquidos en varias áreas, incluyendo un nuevo play de 1 millón de acres para develar en la primera mitad de 2011. Planifica reducir la perforación de gas natural hasta que los precios pasen los 6 dólares/mcf. Y Sasol puede ser capaz de ayudar a Talisman a hacer lo mismo. Estas pueden ser malas noticias para las firmas de energías inundadas de gas barato. Pero son buenas noticias para el solicito cuadro de banqueros de energía de Houston. Pasarán a hacer más acuerdos, empresas conjuntas y aumentos de capital.



Moody's Investors Service aumentó el outlook para la industria de servicios de campos petroleros global, sosteniendo que la demanda robusta debería mantener la capacidad apretada y los precios en aumento. La agencia de rating dijo que los fuertes precios para el petróleo y los líquidos de gas natural apoyarán el desarrollo continuado de esos plays en Estados Unidos[6].
Otro riesgo es elevado escrutinio regulador sobre la fractura hidráulica y la perforación onshore. El aumento de la supervisión puede reducir la marcha de la inversión de capital y aumentar los costos. Pero Peter Speer, de Moody's, el aumento de la perforación de petróleo compensará cualquier moderación esperada en la perforación de gas natural el próximo año.
Fitch Ratings, dijo, por su parte, que espera que la demanda de gas natural sea estable el próximo año, pero espera que las tendencias de producción debieran seguir la tendencia de desarrollo de tuberías[7]. Fitch espera que el paso de la recuperación económica reducirá la marcha el año próximo, pero ve mejores asignaciones de precio mejorada para los tubos de acero y servicios de construcción, mercados de capital favorable y balances sanos que benefician a empresas de infraestructura de tuberías.





Exxon Mobil entre los ejemplos de desarrollo a largo plazo de las reservas shale; adquisición de pozos en Arkansas



Exxon Mobil continúa el proceso de compras de largo plazo en activos de gas natural estadounidense, pagando 575 millones de dólares por pozos y reservas en Arkansas. El acuerdo con Petrohawk Energy realizado a fines de diciembre, subraya el interés de Exxon por continuar adquiriendo gas en EE.UU., a pesar de los bajos precios. Exxon se hizo el productor más grande de gas en Estados Unidos después que compró XTO Energy Inc en junio por 25 mil millones de dólares. En julio, Exxon pagó 695 millones de dólares por Ellora Energy, con sede en Denver.
Exxon paga aproximadamente 1.92 dólares a Petrohawk por cada mil pies cúbicos de reservas probadas, alrededor del 36% menos de lo que pagó por XTO, dijo Pavel Molchanov, analista de Raymond James & Associates. Esta cifra se esperaba porque los precios del gas ya habían caído 21% cuando fue anunciada la compra de XTO hace más de un año, dijo. Esta transacción es también más pequeña y más enfocada, resaltó Molchanov[8].
Exxon dijo que produjo 3.726 mil millones de metros cúbicos de gas natural por día en Estados Unidos en el tercer trimestre, aproximadamente 16% del consumo total nacional. El acuerdo de Petrohawk añadirá otros 98 millones de pies cúbicos de producción diaria, según los analistas de Jefferies & Co. El acuerdo con Ellora da a Exxon un área adicional en el prolífico shale de Haynesville.[9]
La mayoría de los productores estadounidenses de gas procuran aumentar la producción petrolera para capitalizar los altos precios del crudo, especialmente en comparación con el gas natural. Mientras los precios del petróleo han subido, el gas bajó desde 2008. Petrohawk dijo a principios de diciembre que consideraba vender activos para financiar la actividad de perforación en áreas como el shale Eagle Ford, rico en petróleo, en el sur de Texas. La empresa anunció a los inversores el 2 de noviembre que aumentó su presupuesto de capital en 2010 en 20% para cubrir los costos de los campos de gas en Eagle Ford y en Haynesville Shale. Pero la compra por Exxon/XTO de la unidad del holding Petrohawk en shale Fayetteville en Arkansas, muestra que Exxon es optimista sobre las perspectivas de largo plazo para el gas natural.
El acuerdo de Petrohawk "proporciona una adición estratégica a la posición existente de XTO de 410.000 acres netos en el shale Fayetteville", dijo Jeffrey Neu, vocero de XTO. Este grupo seguirá persiguiendo oportunidades similares apuntando al aumento de la producción local de gas natural. XTO también adquirió activos de tuberías de Petrohawk en Fayetteville Shale por 75 millones de dólares.

 

El gas shale como relanzamiento de la industria petroquímica; Bayer y la rentabilidad de invertir en plantas químicas en Estados Unidos



Bayer AG, el mayor fabricante mundial de poliuretano, trata de convencer a los potenciales inversores de construir una planta química en sitios de la compañía en West Virginia que usa etano de los depósitos adyacentes de gas shale. The Leverkusen, empresa con sede en Alemania, está en conversaciones para arrendar o vender partes no usadas de sitios que cubren 590 hectáreas para la construcción de una planta. El cracker convertirá el etano en etileno, un ingrediente clave en plásticos como el polietileno[10].
Las propiedades de Bayer se sientan sobre la formación Marcellus Shale, que según las estimaciones del Departamento de Energía es uno de los campos de gas más grandes en Estados Unidos. Los bajos precios del gas hicieron que los fabricantes químicos estadounidenses como Dow Chemical, Eastman Chemical y Chevron Phillips Chemical para usar más gas como materia prima. Chevron Phillips recibió la aprobación preliminar el mes pasado de los reguladores de Texas para reabrir el cracker cerrado en 2008 en su complejo Sweeny, según el Texas Commission on Environmental Quality. Eastman abrió un cracker en Longview, Texas, porque el gas se hizo más económico en Estados Unidos. Dow planea usar 30% más de etano, un componente del gas natural, en sus crackers del Golfo. "El etano es un feedstock avanzado en Estados Unidos, y esperamos un proporción favorable del ratio petróleo-a-gas continue", dijo el vice-presidente para hidrocarburos de Dow Chemical, Raja Zeidan en diciembre[11].
Dow dijo que esto también hace rever las opciones de joint-ventures para construir fraccionador de líquidos de gas natural (NGLs) en EE.UU. para asegurar el suministro de etano para su s crackers. La empresa tiene cinco plantas de olefinas en Texas y Luisiana con una capacidad de etileno combinadas de alrededor de 3.5m de toneladas/año.  La estrategia de Dow es igual a los movimientos hechos por LyondellBasell y Shell, que en los últimos dos años comenzó a cambiar los feedstocks de cracker en Estados Unidos por NGLs para capitalizar los recursos baratos de gas natural en la región.
La formación Marcellus en Pensilvania Occidental y en el norte de Virginia es excepcionalmente rica en líquidos de gas natural. Los nuevos descubrimientos en EE.UU. consisten en "wet gas" -rico en etano y capaz de proporcionar una fuente amplia y barata para los fabricantes de etileno. Se espera que la producción de etano estadounidense se incremente 30% en los próximos dos años y crecerá regularmente, según proyecciones de la industria. El aumento de la producción también contendrá el precio del etano, dando a los crackers, basados en gas, una ventaja continua[12].  La región no tiene ningún cracker. Las propuestas para la adquisición del gas Marcellus por la industria química implican ahora gasoductos hasta la costa del Golfo estadounidense, donde la industria química del país está concentrada.
Los sitios de Bayer en New Martinsville e Institute, West Virginia, tienen acceso en transporte de ferrocarril, carretera y agua. Una planta de etileno adyacente a la planta de plástico y pesticidas de Bayer cortaría sus costos en materias primas y provocaría más fábricas en el área.Esto costaría al menos 500 millones de dólares y requeriría aproximadamente 4 años para construir el cracker de etano capaz de producir 1 millón de toneladas métricas de etileno al año


Un análisis sobre el manejo de las probabilidades del gas shale


El reciente base case que será usado en el Annual Energy Outlook 2011 de la Energy Information Administration (EIA) establece un futuro de energía barata y abundante para la economía estadounidense durante el siguiente cuarto de siglo. Pero sus suposiciones subyacentes no son más creíbles que aquellas que sostuvo la International Energy Agency, igualmente optimistas. En el base case de la EIA, los precios de la electricidad en Estados Unidos estarán básicamente planos durante las dos próximas décadas y media, gracias al gas natural barato, mientras los precios del petróleo aún no llegan a los niveles pico de 2008 hasta el way off en 2035.
Para encabezar todo esto, a pesar de este nuevo mundo de energía barata, las emisiones de carbono en la economía estadounidense no crecen (ya que la EIA cuenta con no menos de 5 millones de barriles por día de las tar sands de Alberta, lo mismo no puede ser dicho para la economía canadiense). Las emisiones estadounidenses permanecen por debajo de los picos de 2005 hasta 2027, aún sin política de cap-and-trade, e incluso cuando la agencia pronostica un aumenta de casi 30% del consumo de carbón a nivel local en el periodo[13].




Con una abundante energía de combustibles fósiles, y las emisiones de carbono notablemente autónomas, EIA, con miras de futuro, espera sólo un aumento marginal de la contribución de las renovables, cuya viabilidad es un desafío ante la ausencia de las subvenciones públicas. Una duplicación en las estimaciones de las reservas de gas shale conduce a una mayor abundancia de energía que la EIA predice. Si el gas shale resulta ser el game-changer que la agencia clama, o la versión de la industria del gas del mercado de hipotecas subprime, en última instancia dependerá de donde el costo verdadero de la curva se encuentra.
Algunos expertos, como Arthur Berman, un geólogo de petróleo y antiguo editor del World Oil Magazine, argumenta que la experiencia hasta el momento con el desarrollo del gas shale ya muestra que el potencial será más limitado de lo proyectado[14]. El informe de la EIA además apenas menciona "las consideraciones ambientales", que incluye el potencial impacto serio de una pobre regulación del "fracking" en esas formaciones shale con un mix de alta presión de agua y químicos- que estuvieron implicadas en la contaminación del suministro de agua potable, entre otros aspectos controversiales.
Mientras el outlook concluye que la producción de gas shale se ampliará, "la letra pequeña" del informe pone en duda si puede ser extraído con rentabilidad, dijo LukePopovich, vicepresidente del National Mining Association, que representa a los productores de carbón[15].
Si realmente ronda los 4 dólares por 1000 pies cúbicos (mcf) entonces hay bastante gas para mantener las luces en América durante años. Pero si la curva se encuentra el costo verdadero será más cercano a 8 dólares por mcf, entonces el gas no puede ser tan abundante como la EIA cree, y los precios de la electricidad de largo plazo no pueden ser casi tan baratos como lo pronosticado. En el medio del camino, el gas shale no dirige la emergente escasez de combustible líquido que es necesario para impulsar los 250 millones de vehículos que recorren las rutas estadounidenses.
Que nos trae la previsión de los precios del petróleo según la EIA. Medido en dólares actuales, la agencia no llegar al petróleo a 125 dólares por barril hasta 2035.


[1] Financial Times, “South Africa’s Sasol looks overseas for shale gas”, (20/12)

[2] The Wall Street Journal, “Sasol to Invest $1 Billion in Canadian Shale Gas”, (20/12)

[3] Vancouver Sun, “Sasol buys $1.05-billion stake in Farrell Creek shale-gas assets”, (21/12)
[4] Financial Times, “US independents to buy into shale oil boom”, (7/12)

[5] Risk.Net, “US E&P to shift from gas to liquids in 2011, (16/12)

[6] The Wall Street Journal, “Moody's Sees Brighter Outlook For Oilfield Services Sector”, (15/12)

[7] Bloomberg, “Fitch sees stable outlook for gas pipeline sector”, (17/12)

[8] Bloomberg, “Exxon Buys Petrohawk’s Arkansas Shale for $650 Million”, (23/12)

[9] The Wall Street Journal, “Exxon Bulks Up on Natural-Gas Assets”, (24/12)

[10] Bloomberg, “Bayer Pitches Ethylene Plant Atop Shale-Gas Deposits”, (20/12)

[11] ICIS, “Dow rides shale gas wave, will raise US ethane cracking”, (2/12)

[12] ICIS, “OUTLOOK '11: US olefins prices to begin 2011 on uptrend”, (27/12)

[13] The New York Times, “The Energy Future Ain’t What It Used To Be”, (16/12)

[14] The Oil Drum, “Arthur Berman talks about Shale Gas”, (28/7)

[15] Bloomberg, “Shale-Gas Output May Double by 2035, Reducing Energy Imports, U.S. Says”, (16/12)

martes, 4 de enero de 2011

2011, la continuidad del aumento de los precios de los commodities y sus consecuencias derivadas, deseadas e inesperadas


*Lo que nos están diciendo los mercados de las materias primas es que vivimos en un mundo finito, en el cual el crecimiento rápido de las economías emergentes está presionando a la oferta limitada de materias primas, haciendo que suban los precios. Y Estados Unidos es, en gran medida, solo un testigo inocente en esta historia”, según el premio Nobel de economía Paul Krugman[1]


[1] The New York Times, “The finite world”, (26/12)


La palabra "commodities" y la expresión "all-time high" parecen ir juntos por estos días. Los cereales, el mineral de hierro, el petróleo, el cobre y el azúcar. Las cinco materias primas, las más importantes en el funcionamiento cotidiano de las economías en todo el mundo, podrían hacer descarrilar la recuperación el próximo año. Los tres de los cinco son críticos y los otros dos relativamente para el mundo -tanto en términos económicos como políticos. Por ejemplo, los altos precios de los cereales como el trigo, el maíz y el arroz, no sólo hacen subir la inflación de los alimentos, sino también pueden provocar disturbios. El costo del mineral de hierro, usado para hacer acero, es crítico para la economía global, filtrándose en los precio del acero y, en última instancia, en el costos de bienes como los autos y los lavarropas.
Lo mismo ocurre con los precios del petróleo, que añaden inflación en la gasolina, sino también a lo largo de la cadena de suministro debido a los altos costos de la energía y del transporte. El mineral de hierro y el petróleo son claves para la rentabilidad de algunas de las industrias pesadas más grandes del mundo, incluyendo la minería, las acerías y petroquímicas.
El benchmark Reuters-Jefferies spot CRB index, una cesta de materias primas, subió arriba de 300 puntos, su nivel más alto en dos años. El índice está 65% arriba en relación al 2009, etapa más profundad de la crisis financiera global. Si los precios de las materias primas siguen elevándose en 2011, como tantos analistas esperan, existen preocupaciones por que la inflación afecte a los países emergentes, forzando a los bancos centrales a apretar su política monetaria para reducir la velocidad de su consumo. En un signo de peligro por delante, la semana pasada China restringió su política monetaria para responder en gran parte a una inflación más alta en los alimentos.
Además, los hogares en Estados Unidos y en Europa, que ya sufren un alto desempleo, dedican más dinero de sus ingresos a la adquisición de energía y alimentos, gastando mucho menos en otras áreas. El resultado sería una tasa aún más débil en el crecimiento del consumo del sector privado. Una de las pregunta más críticas para la economía global en 2011 es si el surge en los precios de las materias primas refleja un suministro o un shock de demanda. Si el consumo más alto está sobre todo en juego, el boom en materias primas tendrá poco impacto sobre el crecimiento económico. Pero si los factores de suministro están sobre todo en juego, las consecuencias podrían ser mucho más severas para la actividad global.
Repetimos, aunque el escenario macroeconómico mundial está lejos de mejorar desde donde estábamos hace dos años, hay puntos problemáticos amenazando hacia adelante, obligando a fuertes retrocesos en los precios. Beijing recurrió a varias medidas de ajuste este año, incluyendo dos alzas en las tasas de interés en sólo dos meses. China todavía estaba “rezagada”, con las tasas de interés nominales apenas por encima de la lectura “oficial” de la inflación y bastante por debajo del índice de inflación de los alimentos de casi 12%.
Hasta ahora, los economistas creen que existe un mix de factores de oferta y demanda que conducen los movimientos de precios. El mercado petrolero es un buen ejemplo. La demanda de petróleo está subiendo, con un aumento del consumo en 2010 de 2.3m de barriles por día, el segundo crecimiento más alto en 30 años, y con un aumento mayor para el próximo año. Pero los factores de suministro también juegan una parte significativa después que la OPEP, que controla el 40% del suministro global, intenta mantener los precios del petróleo entre 70 y 90 dólares por barril. En los últimos días trascendió que Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo mundial, conducirá a la OPEP a un aumento de la producción el año próximo, evitando un surge en el precio del petróleo que podría poner a la recuperación económica en peligro, dijo el Bank of America Merrill Lynch[1].
Como mencioné en el informe anterior, los precios del petróleo por encima de los 100 dólares son insostenibles. El precio del petróleo crudo está en una coyuntura histórica…bueno, en los últimos años. La fiebre especulativa probará esta barrera psicológica en 2011. Una batalla entre bulls y bears será uno de los temas del año. Los sospechosos habituales harán su parte. Goldman Sachs fue tempranamente quien anunció los tres dígitos para el año próximo. Otros banco de inversión, que tienen grandes posiciones en el mercado petrolero, tienen una perspectiva optimista similar.
Tenemos petróleo para muchas décadas. Más de setenta años de demanda en reservas probadas. Y subiendo. En 2010 el índice de reemplazo de reservas global volverá a superar el 100%. Y con el aumento del 17% en las inversiones globales en exploración y producción, las probabilidades de un 100% de reemplazo global de reservas en 2011 son muy altas. Y probablemente en los próximos meses veamos grandes innovaciones en petróleo no convencional, como vimos con el gas shale. Si el petróleo se mantiene por encima de los 60 dólares/barril, como es previsible, las inversiones en nuevas reservas no convencionales seguirán creciendo.
Barclays preguntó a los inversores institucionales qué commodity esperan que suba más en 2011 y el resultado, por este orden, es el siguiente: cobre, granos (maíz, trigo, soja…), petróleo, carbón y oro. Hay elementos estructurales de oferta y de consumo que apoyan la tesis de un incremento de precios. También es cierto que el encarecimiento termina haciendo rentables proyectos que antes eran inviables, multiplica la oferta y a la larga termina haciendo ceder los precios. Un gran ejemplo son las arenas bituminosas de Canadá, que convirtió a este país en el principal exportador de crudo a Estados Unidos.
En un artículo en The Wall Street Journal, Mark Whitehouse sostiene que no hay que perder de vista que el precio del petróleo también puede caer y ahora los inversionistas financieros juegan un papel más preponderante que antes de la racha alcista de 2008. En el mercado de futuros y opciones de petróleo, por ejemplo, entidades como los fondos de cobertura y los fondos que cotizan en bolsa (ETF) compraron contratos cuyo valor sube de la mano de los precios. Para la primera semana de diciembre las apuestas alcistas excedieron las apuestas a la baja por unos 223 millones de barriles, el mayor nivel registrado.



En el caso del cobre, el Bank of America-Merrill Lynch la ve como la materia prima de mejor desempeño del 2011, con nuevos máximos históricos por alcanzar debido a que la demanda de grandes mercados emergentes pondría más presión a un proyectado déficit de suministro. El crecimiento del gasto de los gobiernos en mejoras de infraestructura y viviendas sociales, por ejemplo, debería apuntalar la demanda por cobre, entre otras materias primas. El cobre continuará avanzando a sus máximos históricos y promediará 11.250 dólares por tonelada en 2011.[2]
La noticia de problemas de suministro tras un accidente en un puerto chileno, de donde sale parte de los envíos del mayor productor mundial de cobre, ponía de relieve la frágil escena de la oferta del metal, sumando soporte de contexto a los precios. Es un factor de soporte en un mercado ya ajustado. Ya están buscando puertos alternativos. No debería tener un gran impacto. La mina Collahausi en Chile, el tercer mayor depósito de cobre del mundo, está buscando alternativas para exportar luego de que su principal puerto fue cerrado[3].
El caso del mineral de hierro es muy similar con el petróleo: ambos el suministro -baja de exportación de India, el tercer exportador mundial del commodity- y la demanda más alta propicia los aumentos de precios. El resultado es que esos precios del mineral de hierro se elevaron a 170 dólares la tonelada, cerca del nivel más alto en dos años. Muchos observadores creen que los precios se elevarán en 2011, por encima de los 200 dólares la tonelada, el mayor de todos los tiempos, inflando el costo del acero y haciendo subir los precios de todos los autos y lavarropas.
Los cereales son aún más inquietantes. El precio del trigo y del maíz crece sobre todo el factor de suministro después de una serie de malas cosechas por el tiempo inclemente. El calor infernal del verano en el Cono sur está recortando las proyecciones de cosechas en una de las regiones agrícolas más importantes del mundo, impulsando los precios de los granos. La sequía causada por el fenómeno climático “La Niña” está dañando los campos en Argentina, que será el segundo exportador mundial de maíz este año y el tercer exportador de soja.
Se esperaba que la cosecha de maíz en Argentina se elevara en esta temporada gracias a la expansión del área de cultivo a cuatro millones de hectáreas desde 3,25 millones de hectáreas en la temporada pasada, de acuerdo con la consultora Agritrend. Pero la sequía podría reducir la cosecha en 16% respecto al año pasado a 19 millones de toneladas.
La consultora Economía y Regiones (E&R) para el caso de Argentina, tras analizar los escenarios posibles para la reducción de la producción total sojera, entre el 10% y el 20%, llegó a la conclusión que el alza de los precios mundiales ayudará a compensar en parte esa pérdida productiva. Las estimaciones hablaban de una producción de soja de 52 millones de toneladas, que el USDA estadounidense aún no cambió. Pero, consultoras y la revista especializada Oil World prevé que La Niña hará que la cosecha de soja en Argentina se ubique entre 43 y 48 millones de toneladas.
Las temperaturas por encima de los 35° centígrados también amenazan los cultivos en el sur de Brasil y Uruguay, el cual declaró un estado de emergencia para los agricultores en el norte del país[4]. El papel clave de la región en los mercados mundiales de alimentos implica que cualquier problema de producción podría sentirse en todo el mundo. En el horizonte, los meteorólogos ven poca lluvia y más calor fulminante lo que podría limitar aún más la producción, ya que el maíz y la soja plantados hace poco han alcanzado etapas clave de desarrollo con apenas un cuarto de la cantidad de lluvias que normalmente necesitan en algunas regiones.



Y la inflación de los alimentos es ahora un dolor de cabeza político y económico en países emergentes como China e India, así como también en México. El maíz podría alcanzar los 7 dólares por bushel en el primer trimestre de 2011, en comparación a los 6,24 por bushel que alcanzó en los últimos días de diciembre, lo cual comenzaría a racionar la demanda. También preocupa que las cosechas menores a lo esperado lleven a los gobiernos a limitar las exportaciones en lugar de arriesgarse a una mayor inflación o a una escasez de alimentos, debido a la amenaza de inestabilidad política.
En los últimos días de diciembre, India anunció planes para ayudar a los consumidores a lidiar con el elevado precio de los alimentos mediante la venta de granos adicionales subvencionados y manteniendo la prohibición en las exportaciones de legumbres. La inflación anualizada de alimentos en India aumentó a 12,13% en la semana terminada el 11 de diciembre desde 9,46% una semana antes. El ministro de Finanzas, Pranab Mukherjee, dijo que la inflación, impulsada por los altos precios de los alimentos, continúa siendo la mayor preocupación para el país.
Además, China continuará entrando en los mercados internacionales de commodities agrícolas para cubrir cualquier escasez y reconstruir las reservas que se redujeron peligrosamente este año. Gran parte de sus existencias agrícolas se han liquidado este año para contener la fuerte demanda, que aceleró los precios.
El azúcar es uno de los pocos commodities que todavía se comercia por debajo de sus máximos en los años de 1970 y 80. Pero algunos traders creen que el azúcar pronto abrirá nuevos caminos[5].Muchos traders sostiene que los máximos de 1980-81 pronto serán sobrepasados y algunas almas valientes argumentan que una carrera hacia el precio más alto de todos los tiempos es posible el año próximo, considerando que los fundamentos de la oferta y la demanda son optimistas.
El consumo de azúcar aumenta despiadadamente, en particular en países emergentes, y todavía tiene que sufrir la crisis financiera global o de los altos precios. Los comerciantes convienen que aún a 33 centavos la libra, el azúcar permanece demasiado barato. El suministra es el wildcard. India tiene una cosecha relativamente buena, pero con la oleada de la inflación, Nueva Delhi rechaza los permisos de grandes exportaciones. Hasta ahora, el ministerio de agricultura dijo que tendrá exportaciones por 500.000 toneladas, no suficientes para emparejar el déficit de suministro y demanda global. Y el anuncio aún tiene que transformar en flujos reales así como paperwork final no ha sido publicado. Muchos traders creen que India anuncia las exportaciones, sólo para retrasar su propia decisión por medidas administrativas.
Brasil tuvo una cosecha decepcionante en la última temporada y contempla tener otra cosecha baja en 2011 Pero ¿cómo de baja? El tema es crítico para el mercado y determinará si el azúcar choca con los máximos de 1980-81 o irá de todas maneras hasta el peak de 1974. El mercado ahora se mueva a nuevo entorno de precios, reflejando el balance cada vez más frágil de azúcar. También hubo un aumento estable de la demanda de los países sin una base de producción doméstica, aumentando el nivel de dependencia en los exportadores mundiales y conduciendo la volatilidad de precios. Los efectos macroeconómicos también aumentaron la volatilidad. Esperamos que la volatilidad fundamentalmente permanecerá alta[6].



[1] Bloomberg, “Saudi Arabia to Check Oil Rally in 2011, Merrill’s Blanch Says”, (13/12)

[2] Commodity Online.com, “Commodities 2011: Investors bullish on Copper”, (19/12)

[3] Reuters, “Cobre sube por temores suministro, inflación”, (20/12)

[4] The Wall Street Journal, “Crops Threatened by Heat in South America”, (30/12)

[5] Financial Times, “Commodities daily: Sweet spot for sugar”, (21/12)

[6] Commodities Now, A year of extremes in the Sugar market”, (21/12)


hernanfpacheco@gmail.com