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lunes, 15 de noviembre de 2010

Rol de sector energético en las elecciones del mid-term estadounidense

 

Desde las grandes petroleras a las Dirty Coalfront groups gastaron más de 300 millones de dólares para comprar la elección -y esto ocurre después del derrame de petróleo en las costas del Golfo de México y el intento de terminar con la californiana Global Warming Solutions Act con las Proposiciones 23 y 26. Por esto, Liz ButlerHuffington Post, Who owns our democracy: Big Business or We the People?[1]… trataron de comprar la elección a simple vista. Sus pregunta en
Encabezadas por Exxon Mobil, Conoco Phillips, Chevron, BP, y la menos conocida Koch Industries –propiedad de dos hermanos multimillonarios patrocinadores del Tea Party-, las empresas de energía dedicaron una cifra astronómica de 453 millones de dólares a las actividades lobbistas en los dos últimos años, con el fin de convencer a miembros de la Cámara y senadores para que rechacen las medidas para reducir emisiones.  
Y la televisión no quedó afuera. Según el Center for American Progress Action Fund, grupos de lobby del petróleo y del carbón gastaron 69.5 millones de dólares en televisión enfocándose contra las políticas sobre energías limpias de Obama en estas elecciones de mid-term[2]. La industria de energía gastó 247.5 millones de dólares en publicidad este año, según datos compilados por el Alliance for Climate Protection, grupo de campaña encabezado por Al Gore. La mayor parte de esta cifra fue dedicada al "damage control". BP gastó 125 millones de dólares en anuncios para la televisión después del derrame en el Golfo. Massey Energy, propietario de la mina en West Virginia donde 29 personas murieron por una explosión en abril pasado, gastó 965.000 dólares en publicidad.
En un nuevo informe del Climate Action Network Europe (CANE), sobre la base de un análisis de registros accesibles al público la financiación de campañas. El informe sobre financiación de las elecciones de midterm estadounidenses utilizó información de la base de datos de OpenSecrets.org para descubrir un intento coordinado de influir en el resultado de esas comisiones por parte de algunas de las empresas europeas más contaminantes.
CAN Europa descubrió lo que parece ser un patrón claro de los contaminadores europeos que influyen en las políticas energéticas y climáticas de Estados Unidos mediante donaciones dirigidas a los candidatos que se oponen a la acción sobre el cambio climático. Según CAN, una decena de multinacionales europeas –entre ellas las alemanas E.ON, BASF y Bayer, la británica BP, las francesas Lafarge, Arcelor-Mittal y GDF-Suez y la belga Solvay - también aportaron dinero que ha financiado senadores que han bloqueado las iniciativas legislativas de Obama. Para ponerlo en perspectiva, en 2009, siete de estas empresas emitieron 130 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, más o menos lo mismo que las emisiones anuales de Bélgica. Ocho empresas europeas regalaron 306.000 dólares a una veintena de senadores, el 80% de ellos, responsables de votar en contra de la legislación para reducir emisiones[3].
El mayor donante individual es la farmacéutica alemana Bayer, que donó un total de 108.100 a las campañas de los senadores. La petrolera BP contribuyó a su vez con 18.000 dólares a las campañas de legisladores opuestos a cualquier medida contra el cambio climático. El informe también destaca que estas empresas de manera insistente se oponen al endurecimiento de los parámetros ambientales en Europa, sobre la base de que les restarían competitividad en vista de la inacción ante el problema del resto del mundo, en especial Estados Unidos. El informe concluye que “lo que queda claro ahora es que esas mismas empresas financian a figurar estratégicas de la política de Estados Unidos responsables por esa inacción”.
Los intentos de influir desde fuera en las elecciones de Estados Unidos no se limitan a Europa sino que un informe del ThinkProgress, del think tank norteamericano Centre for American Progress, ha descubierto que empresas petroleras o energéticas indias y de Medio Oriente han hecho donativos a la Chamber of Comerce estadounidense[4]. El interés extranjero en la política estadounidense no se circunscribe tampoco a las elecciones, y así, según The Guardian, la empresa química belga Solvay financia un grupo que trata de impedir que el gobierno de Obama regule las emisiones de gas invernadero.
            Un proyecto de ley que habría creado límites y un mercado de emisiones de CO2 que ya fue derrotado en el Senado. La participación de las industrias europeas es extraña, según los autores del informe, ya que “en Europa esas empresas suelen argumentar que más medidas para reducir emisiones no será útiles hasta que Estados Unidos actúe”.
Ahora, el blanco de los lobbies petroleros y energéticos es el plan B de la Administración Obama: utilizar a EPA para forzar una reducción de las emisiones amparándose en la legislación medioambiental existente[5]. Una carta fue remitida en septiembre al presidente del comité de apropiaciones del Senado. Pide “su apoyo para restringir la autoridad de la EPA en la adopción de normas sobre gases invernadero”. Los 24 firmantes incluyen la Cámara de Comercio de EE.UU., el Instituto del Petróleo Americano –asociación empresarial de las petroleras–, la Asociación Nacional de Manufactura y la Sociedad de Fabricantes Químicas.




Tanto Obama como otros políticos demócratas de Estados Unidos denunciaron que empresas y donantes anónimos han tratado de influir en el resultado de las elecciones a través de la Chamber of Comerce de aquel país y de grupos conservadores simpatizantes del Tea Party.  La Chamber of Comerce recaudó supuestamente 75 millones de dólares para las campañas de candidatos favorables a las empresas, en su mayoría republicanos.
La organización American Crossroads, proyecto de Karl Rove, ex estratega electoral y político de George W. Bush, actual factótum de los republicanos, recibe donaciones hasta de un millón de dólares de millonarios en apoyo de candidatos conservadores por todo el país. Un editorial de The Nation advierte: atestiguamos un asalto a la democracia por empresas multinacionales, las cuales, liberadas por el fallo de Citizens United, buscan conseguir el mejor gobierno que el dinero pueda comprar. El Citizens United es un fallo reciente de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos que otorgó a las empresas los mismos derechos de libertad de expresión que tienen los individuos, gracias al cual pueden financiar propaganda a favor o en contra de candidatos para promover su agenda. Este fallo argumentó que los gastos independientes realizados por empresas en el debate electoral no generan corrupción o la apariencia de corrupción y, auque éstas pueden generar influencia sobre o acceso a funcionarios electos, eso no implica que esos funcionarios sean corruptos. Y la apariencia de influencia o acceso no causará que el electorado pierda fe en esta democracia. Esto fue denunciado como un grave abuso contra el proceso democrático por campeones de reformas electorales que buscan reducir la influencia del dinero en los comicios[6].
Koch Industries encabeza el lobby negacionista. Es primera en el ranking de contribuciones directas a los partidos, según datos del Centre for Responsive Politics en Washington. El 89% de esas ayudas van a republicanos que han bloqueado las medidas de Obama. David Koch es el presidente de Americans for Prosperity (AFP) y organiza el llamado Hot air Roadshow, que recorre Estados Unidos, a veces en globo, insistiendo en que los datos científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) es “aire caliente” (es decir, falsedades palabrería).
            De los 20 candidatos republicanos al Senado seleccionados en escaños cruciales, 19 son negacionistas[7]. David Vitter, senador por Luisiana, tacha la ciencia del IPCC de “basura pseudocientífica y ridícula”. El senador por Oklahoma, Jim Inhofe –estrecho colaborador de Exxon durante los años de Bush-, la califica de “el fraude más grande jamás habido”. Ambos recibieron financiación de las firmas europeas. Christine O´Donnell, la candidata creacionista del Tea Party por Delaware, habla del IPCC con el mismo deprecio con el que habla de Charles Darwin.
Los candidatos del tea party también tienden a oponerse ferozmente a la regulación gubernamental. Esa combinación -libertarian y ciencia anti-clima- pone en el top de la lista negra de los republicanos a EPA procurando limitar la autoridad de la agencia. Ya, algunos líderes republicanos exigieron a la jefa de EPA, Lisa Jackson, que justifique el costo potencial para la industria o unas docenas de empleos por los controles de polución, no sólo aquellos que regulan las emisiones de gases de efecto invernadero.
En las páginas del Washington Times, Fred Upton, un republicano de Michigan que es favorito para encabezar el comité de energía y comercio, acusó a EPA de aumentar las regulaciones costándoles a los americanos sus empleos[8]. "Si la EPA no disminuye, los empleos serán embarcados a China e India con los siderales aumentos de los costos de la energía", escribió. “La mayor parte de la atención de los medios de comunicación se enfocó en los esfuerzos de EPA para regular las emisiones de cambio climático, pero esto es solamente el principio”.  
Mientras tanto, el principal rival de Upton para el puesto en el comité, el tejano Joe Barton, escribió una carta a la agencia exigiendo una revisión de los costos potenciales para la industria y el desempleo producto de las regulaciones. La lista de Barton no es para las emisiones de gases de efecto invernadero, pero forzaría a EPA a justificar los costos potenciales de las normas. También pide a EPA rever las regulaciones que gobiernan el uso de combustibles de aviación, o la polución de mercurio transportado por el aire. Barton causó controversia en junio cuando ofreció disculpas a la petrolera BP por la “extorsión” de 20.000 millones de dólares que, según él, le pidió la Casa Blanca para cubrir los gastos por el derrame del Golfo.
Obama defendió la base legal de EPA para reducir las emisiones de dióxido de carbono: una decisión de la Corte Suprema de dirigir el tema bajo la autoridad del Clean Air Act. [9]"EPA está bajo un court order que dice que los gases de efecto invernadero son contaminantes bajo su jurisdicción. Una de las cosas para mi es no ignorar la ciencia, sino más bien encontrar caminos para solucionar estos problemas sin hacer daño a la economía", dijo. Scott Segal, abogado de la industria para Bracewell & Giuliani, dijo que hay una "certeza virtual" de que ambas Houses del Congreso adoptarán un retraso en el inicio de la autoridad regulatoria de EPA para los gases de efecto invernadero[10].
Varios miembros republicanos claves del Congreso -más notablemente Darrell Issa, que podría asumir el House Oversight and Government Reform Committee- dijeron que planean investigar a los científicos del clima que afirman que hubo datos manipulados para demostrar que la actividad humana contribuye al calentamiento global[11].


El calentamiento global fuera de moda


Un estudio realizado por el Pew Research Center encontró que durante los últimos cuatros años, el porcentaje de americanos que creen que la prueba científica sobre el cambio climático es sólida disminuyó de 79 a 59%. En 2006, la mitad de las personas creía que el calentamiento global fue causado por actividades humanas. Una encuesta realizada por Opinion Research Corp. mostró que el 82% de los demócratas cree que Estados Unidos debería tener un papel principal en relación al calentamiento global, sólo el 39% de los republicanos van por el mismo camino. Por otra parte, los investigadores de opinión pública están de acuerdo que el ascenso del “tea party” representa un creciente escepticismo sobre demandas como el cambio climático. En su estudio, por ejemplo, Pew encontró que el 70% de los simpatizantes del tea party no están convencidos de las evidencias que muestra que la tierra se calienta.
En la encuesta New York Times/CBS encontró que sólo el 14% de las partidarios del tea party dice que "el calentamiento global es un problema ambiental que tiene un efecto en la actualidad". Opinion Research reportó que sólo el 27% de los adherentes al tea party apoya la idea que América tiene que jugar un rol importante en el problema. El New York Times también documentó que entre algunos de los adherentes del tea party existe una objeción religiosa "strong streak" a la realidad del cambio climático. Como Norman Dennison, uno de los fundadores del grupo en Indiana, dijo "el calentamiento global es una mentira completa... I read my Bible (…) Él hizo esta Tierra para que nosotros la utilicemos"
El apoyo republicano para aumentar el financiamiento federal a la tecnología eólica, solar e hidrógeno cayó 20 puntos a partir de 2008, según Pew. Hubo una caída de 13 puntos en el mismo periodo entre los republicanos para favorecer "una mejor eficiencia de combustible" para los vehículos[12]. Las perspectivas demócratas sobre las mismas preguntas cambiaron poco durante los últimos dos años, según la encuesta. Entre los independientes, hubo una disminución, pero menos pronunciada que los republicanos.
La diferencia partidista probablemente sea resultado de la creciente sospecha entre los republicanos sobre los gastos de gobierno, más que por el desdén hacia la energía renovable, dijo Christopher Borick del Muhlenberg College. Según Borick, la recesión y el déficit están jugando papeles potenciales.


La desinformación sobre el cambio climático



Aunque hay un papel importante para el escepticismo en la ciencia, durante casi 30 años algunas corporaciones apoyaron una campaña de desinformación sobre la ciencia del cambio climático. Mientras puede ser razonable ser algo escéptico respecto de los modelos de cambio climático, estas definiciones no están basadas en un escepticismo razonable, sino en una categórica falsificación y distorsión de la ciencia del cambio climático.  Los medios de comunicación dictan a la mayor parte de la gente lo que debe saber sobre los debates científicos contemporáneos.
Estas afirmaciones incluyeron aserciones de que la ciencia del cambio climático ha sido completamente "desacreditada" y que no hay ninguna prueba de causalidad humana del calentamiento recientemente observado. Hay numerosas líneas de evidencia que indican la causalidad humana incluso si esto no es un tema completamente terminado. No se puede decir que no existe(n) prueba(s) de causalidad y otros reclamos que con frecuencia son hechos por campañas de desinformación bien financiadas. Distorsionan completamente un conjunto de pruebas que el mundo tiene que entender para protegerse de los enormes daños potenciales.
El 21 de octubre de 2010, John Broder escribió en The New York Times que "las industrias de combustibles fósiles emprendieron durante décadas una campaña concertada para generar dudas sobre la ciencia del calentamiento global y minar las políticas implementadas para contenerlo"[13]. Según el artículos de NYT, la industria de combustibles fósiles crearon y financiaron con generosidad institutos para producir estudios e informes anti-calentamiento global, pagando por reuniones y websites para hacer preguntas a la ciencia, y generando montones de análisis económicos que pretenden mostrar que la política para reducir las emisiones de gases tendrán efectos devastadores sobre los empleos y la economía en su conjunto.
La desinformación sobre el estado de la ciencia del cambio climático es extraordinaria, sino criminalmente, irresponsable, porque la perspectiva del consensus científico está basada en pruebas fuertes de ese cambio climático:

* Ya está siendo experimentado pro decenas de miles en el mundo;

* Será experimentado en el futuro por millones de personas con las emisiones de gases de efecto invernadero que ya fueron emitidas, pero que aún no se sintieron debido a los retrasos en el sistema climático; y,

* Aumentará dramáticamente en el futuro a no ser que se reduzcan de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las amenazas del cambio climático incluyen muertes y peligro de sequías, inundaciones, calor, daños y perjuicios relacionados con las tormentas, crecimiento de los océanos, calor que impacta en la agricultura, pérdida de animales, discusiones sociales causadas por la disminución de los recursos, enfermedades producto de una variedad de dolencias, inhabilidad para confiar en fuentes tradicionales de alimentos, destrucción de las provisiones de agua. La existencia misma de algunas pequeñas naciones en islas es amenazada por el cambio climático. Mientras existe posibilidad de que el cambio climático pudiera crear este tipo de destrucción, la desinformación sobre el estado de la ciencia del cambio climático es moralmente reprensible si esto conduce a una inacción para reducir la amenaza que presenta el cambio climático.
De hecho, cómo trata con la incertidumbre de la ciencia del cambio climático es un tema ético, porque las consecuencias del retraso podrían ser más severas y la gente más pobre en el mundo es la más vulnerable. Las corporaciones que han financiado la siembra de la duda sobre este tema hacen claramente esto porque ven allí estrategias de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como una forma desfavorable de afectar sus intereses financieros.




[1] The Huffington Post, “Why Voting Matters for the Climate Movement”, (29/10)

[2] The Guardian, “Big Oil spends $69.5m on ads to get the Congress it wants”, (1/11)

[3] The Guardian, “Tea Party climate change deniers funded by BP and other major polluters”. (24/10)

[5] Los Angeles Times, “GOP plans attacks on the EPA and climate scientists”, (30/10)

[7] Los Angeles Times, “Delusions, dollars and climate”, (30/10)

[8] The Washington Times, “Declaring war on the regulatory state”, (18/10)

[9] En el siguiente link puede leer sobre el Clean Air Act, (abril de 2007)

[10] The New York Times, “Republican Victories Boost Effort to Block EPA's Climate Rules”, (3/11)

[11] USA Today, “GOP plans attacks on EPA, climate scientists”, (2/11)                  

[12] The New York Times, “Big Partisan Gap on Climate Change Is Widened by Tea Partiers”, (29/10)

[13] The New York Times, “Climate Change Doubt Is Tea Party Article of Faith”, (21/10)

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