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jueves, 14 de octubre de 2010

Geopolítica: Guerra por los recursos. Fertilizantes y alimentos

*Las sequías, las inundaciones y mal tiempo generan otro pico temporal de la demanda. Pero el uso de fertilizantes aumentará con el paso del tiempo por el crecimiento de la población y por la tendencia de la gente de comer alimentos diferentes a medida que se hacen más ricos. En concreto la carne, que aboga por lotes de alimentos de ganado fertilizado.

Por primera vez desde 2007, la historia de los grandes negocios en esta época del año no tiene que ver con los bancos. Tampoco destaca el state-of-the-art de la magia financiera. No, el verdadero recorrer de las páginas de negocios este mes, son las noticias concerniente a los fertilizantes. Aquella sustancia poco glamorosa es el centro de una masiva batalla de negocios que sugiere mucho hacia qué dirección va la economía mundial.
La puja hostil de BHP Billiton por la canadiense Potash Corporation pone en escena una de las puestas en escena de una de las mayores batallas de takeovers en minería. Pero esto es más que un choque entre multinacionales intentando auto-vanagloriarse. Seguramente, los argumentos habituales serán la diversificación, las sinergias y la perspectivas de grandes ganancias, aunque la empresa objeto de compra se queda del precio de la oferta por ser demasiado bajo. Pero detrás de la retórica hay un bidding war que desvela la lucha global por los recursos en un planeta con escasez de agua y de alimentos, sobrepoblación y contaminación. Y de esto se desprende una pregunta que ensombrece el siglo XXI: cómo proporcionar suficiente alimento para una población global que se elevará de 6.8 mil millones a más de 9 mil millones en 2050, según Naciones Unidas. En poco, el globo emprendió un scramble por los recursos, una carrera que bien puede modificar las perspectivas económicas y las relaciones internacionales, y que fácilmente podría conducir a un descarte de tierras. Debe considerar que la pérdida de superficie del suelo, la sequía y el cambio climático generan graves riesgos a la disposición de frutas, verduras y granos básicos en las meses del mundo. El trato, si resulta, puede plantear un grave riesgo al mantenimiento de un sistema resistente de suministro global de alimentos[1].



Potash Corporation, con sede en Saskatchewan, es el mayor productor de potasa, componente clave de fertilizantes usados para maximizar el suministro de cosechas sanas[2]. La empresa también hace el nitrógeno y el fosfato, otros dos componentes primarios de productos fertilizantes. Con un aumento de la demanda de granos y menos tierras de cultivo disponibles por persona, "la necesidad de fertilizante -sobre todo la potasa- nunca ha sido mayor", dice el sitio web de Potash Corp. Sin embargo, el coloso minero no despertó al sector. Rusia anunció hace unas semanas la fusión de sus dos principales productores de potasa para competir a nivel internacional, lo que despertó el interés por las adquisiciones del gigante angloaustraliano (ver abajo).
Las apuestas pueden elevarse sobre el futuro de la agricultura, y en particular, de los fertilizantes y la potasa. Para los interesados, es relativamente fácil, barato y rápido para incrementar la capacidad de producción de fertilizantes nitrogenados. Los abonos basados en fosfato son más difíciles de producir y más costosos. Pero la explotación de potasa rica en potasio viene con los mayores obstáculos para entrar en las tres clases de nutrientes. Esto puede costar varios millones de dólares y siete años para construir un hueco en el mercado[3].
La demanda de potasa sucumbió en el 2009. Pero es probable que se recupere con fuerza. Y los altos costos de entrada en el negocio favorecen las adquisiciones en lugar de realizar nuevas excavaciones mineras. Las ventas de potasa durante el 2009 fueron cercanas a los 30 millones de toneladas, lo que representa la mitad del total comercializado en el 2007, según Scotia Capital.
Gil Parkinson del sitio web australiano Business Spectator, dijo que la oferta de BHP no responde sólo a la tentativa de diversificarse: esto es una de las principales apuestas por lo que causará la creciente demanda de productos fertilizantes para producir alimentos. Según Potash Corp., más personas comen carne, y con el aumento de los ingresos de los países en desarrollo, millones de personas cambian del almidón a dietas basadas en proteínas. "Cada libra de ternera requiere siete libras de granos para producir, y esto tiene un impacto sustancial en la demanda", dijo un funcionario de Potash.
Los analistas convienen que el uso de fertilizantes está destinado a la atender el aumento de la alimentación de la creciente población mundial. Un informe del HSBC señala el crecimiento en importancia de acontecimientos meteorológicos extremos, que interrumpen cada vez más la producción. El fracaso de la cosecha de trigo rusa por la sequía este año, así como las inundaciones en Pakistán, son algunos de los casos de referencia.
La sequía rusa intensificó el debate sobre la seguridad alimentaria. Ante estos problemas, la potasa es uno de los mejores fertilizantes, ya que también ayuda al suelo a regular mejor la absorción del agua. La creciente demanda de este mineral hizo que muchos grupos internacionales se hayan preocupado en los últimos meses de tomar posiciones en este mercado. La brasileña Vale Do Rio Doce invirtió 3.800 millones de dólares en el último año para hacerse con los activos en el mercado de fertilizantes de potasa, mientras que la gigante BHP compró a la canadiense Atrasaba por 323 millones de euros, en una carrera por mantener el liderazgo mundial en la industria minera.
Rusia anunció recientemente que prohibió las exportaciones de trigo, dados los problemas de sequía e incendios que tuvo y que puso en jaque las reservas de cereales del país. Para no incrementar los precios en el mercado interno, se cancelaron las ventas al extranjero hasta diciembre, con la promesa de revisar esta decisión en octubre, ya que disparó el precio del trigo en todo el mundo a su máximo de los últimos dos años. Los analistas meteorológicos advirtió que la sequía que devastó al menos un cuarto de las cosechas de granos de Rusia este verano amenaza previniendo sembrar las cosechas del próximo año[4].
Note que el enorme aumento en los precios del trigo de este mes no fue anticipado por el mercado. Después de la extraordinaria producción del año pasado, los comerciantes estaban esperando otro buen año y así se mantuvieron ocupados en otros asuntos antes que en comprar trigo: y así, en el mes de julio, los fondos de protección quedaron cortos (ellos ganarían dinero sólo si los precios caen)[5].
Los expertos dicen que la producción de cosechas está bajas en muchas regiones, en parte debido a la histórica bajo uso de fertilizantes en muchos países en desarrollo. China tiene un 20% de la población mundial, pero solamente 7% de su tierra arable -con una disminución porque la industria china arruinó las extensiones de tierra antes fértiles por la contaminación e industrialización pesada[6]. China importó aproximadamente la mitad de su potasa el año pasado, la mayor parte de Canadá y Rusia.
La producción doméstica es de 3m-4m de toneladas cada año, con una demanda promedio de 7.9m de toneladas. Los agricultores cortaron su empleo de potasa debido a la crisis económica, según Wang Ling del China Fertilizer Market Week, pero la demanda de pre-crisis estaba en torno a los 11m de toneladas cada año. Jon Galligan, analista de CLSA con sede en Hong Kong, que estudia la agricultura china, dijo que la escasez de potasa contrasta "con el suficiente suministro doméstico de fertilizantes de nitrógeno y fosfato".  Los funcionarios están preocupados por la cosecha de granos de otoño que se aproxima, con la producción de arroz permaneciendo entre una de sus variables más cruciales. El arroz representa el 40% de la producción de granos chinos[7].
The Fertiliser Institute en Washington dice que China e India usa sólo la mitad potasa sobre sus campos como los agricultores americanos. Para China, donde la seguridad de alimentos es una preocupación clave del gobernante Partido Comunista, el suministro de potasa es una preocupación a nivel nacional, en particular si se considera que el país no produce suficiente potasa en el interior del país para satisfacer el crecimiento de la demanda[8].
Un paper reciente publicado por la Royal Society dice que existen límites sobre la cantidad de tierra que estará disponible para las cosechas aún cuando se estime que se necesita un aumento del 70% del suministro de alimentos, a nivel global, en los próximos 40 años. Pero mejor fertilizantes y productos químicos podrían aumentar enormemente la producción y cortar el uso de agua.





China entra en la puja por asegurarse la provisión del producto a precios ventajosos 


China surge como un jugador fundamental en las discusiones por una oferta sobre Potash Corp. Un puñado de empresas públicas chinas, incluyendo al conglomerado químico Sinochem Group y la firma de energía China National Offshore Oil Corp. (CNOOC), está considerando una oferta potencial por el mayor productor mundial de potasa. El objetivo de China es asegurar una parte significativa de la sustancia nutritiva de la cosecha que se ha hecho crucial para el sector agrícola de un país de 1.300 millones de habitantes, donde cada vez es más clave la tierra para satisfacer la rápida demanda de alimentos[9].
La propiedad china significaría que los suministros de potasa podrían ser asignados a la extensión agrícola china, incitando a un déficit global de esta lifeblood agrícola”, dijo Sanjay Khanna a Huffington Post. Los países que carecen del adecuado acceso a la potasa a importar granos y productos de China. Lamentablemente, aquellos productos agrícolas estarían en peligro de contaminación por los peligrosos niveles de agentes y toxinas, ítems en los que el gobierno chino es desastrosamente flojo.
El papel de China en la determinación de la futura propiedad de Potash Corp. subraya el plan económico del país y la maduración del sector el pleno auge corporativo. Si la oferta china se hace efectiva, esto crearía un precedente, marcando por primera vez que una firma china salte a una batalla de takeover de alto-perfil en el sector de recursos de Canadá. Sinochem, el mayor trader de fertilizantes chino, está visto con el candidato más lógico para conducir una oferta por Potash, que tiene 22% de interés la unidad de fertilizantes de Sinchem, Sinofert.
China Investment Corp. (CIC), el fondo soberano de riqueza del país, es también un posible comprador, pero las fuentes dicen este jugaría más probablemente un papel secundario. CIC está enfocado en las inversiones que ofrecen altos retornos, más que los que tengan importancia estratégica para China. El interés que conduce a China no es sólo por una necesidad de alimentar a su población sino también por la incomodidad que le genera la idea que BHP controle una gran parte del mercado de potasa.
BHP ya mostró sus músculos a China con el mercado de mineral de hierro y de carbón forzando recientemente a un movimiento hacia contratos de término más corto. Los funcionarios chinos están cautelosos de que gigante minero australiano gane un papel principal en otro commodity clave.
Mientras tanto en Rusia, el oligarca, Suleiman Kerimov, magnate de la industria del metal, trata de fusionar Uralkali, que cotiza en la bolsa de Londres,  con Silvinit, el mayor productor de potasa del país. Silvinit comparte con Uralkali el yacimiento Verjnekámskoye, en la provincia de Perm. El grupo resultante de esta operación, valorada en cerca de 20.000 millones de dólares (15.000 millones de euros) sería el segundo mayor productor de potasa del mundo, poniendo en peligro la hegemonía de la canadiense Potash Corporation of Saskatchewan.[10] Éste no es el primer intento de Rusia por desbancar a Canadá como líder en la producción de minerales, liderazgo que ha ido cediendo en los últimos años. En 2007, Norilsk adquirió a su rival LionOre, convirtiéndose en el primer productor de níquel y paladio del mundo, además de incrementar su presencia en oro, platino, cobre y cobalto. Prácticamente al mismo tiempo, Rusia impulsó la megafusión de Rusal y Sual, dando vida a un gigante del aluminio, que adquirió también los activos de la suiza Glencore.
Una vez controlado el sector energético y el de metales, cuyos precios se han disparado en la última década, Rusia apuesta ahora por la potasa y la agricultura, cuya cotización también está al alza. Se espera que el coste de este mineral se multiplique por siete en la próxima década, lo que podría disparar el precio de los cultivos en los que se utiliza este tipo de fertilizante, como los cereales[11].
Citibank, a pesar de lo que dice Uralkali, dijo que no hay ninguna garantía de acuerdo seguirá adelante, y podría ser parte de una batalla para reforzar posiciones de mercado de algunas empresas. "Esta situación nos recuerda que los planes de fusión de metales y minería que aparecieron a principios de 2009, donde los holdings individuales buscaban el apoyo del gobierno", escribió Daniel Yakub en una nota[12].




La inicio de un nuevo ciclo en el mercado global de fertilizantes



La guerra de los fertilizantes, con la oferta de BHP por Potash y la planeada creación de campeón ruso con la fusión de Uralkali y Silvinit, llevará no sólo a reformar la propiedad de la industria, sino también a su sistema de asignación de precios. Durante décadas las empresas de fertilizantes exportaron su fosfato[13] y potasa por tres organizaciones de marketing -en efecto carteles legales- que negociaron los contratos reservas anuales con compradores en China, India y otros países[14].
Ahora BHP Billiton señaló que procuraría romper los cárteles acogedores si asume PotashCorp. La potencial ruptura tendría un efecto de onda en la industria, forzando a todos los grupos de fertilizantes a competir por los precios por primera vez desde la creación del primer cártel en 1972. "Esto podría cambiar la dinámica de la industria", dijo Joel Jackson, analista de fertilizantes para BMO Capital en Toronto, repitiendo una perspectiva extensamente sostenida por analistas y ejecutivos.
Los tres cárteles son Canpotex, que vende potasa fuera de Norteamérica por parte de Potash Corp., Mosaic con sede en Estados Unidos y la canadiense Agrium; Belarusian Potash Company, Urakli brazo de marketing de Moscú y Belaruskali de Bielorrusia; y PhosChem, que maneja los mercado de fosfato fuera de Estados Unidos, con Potash Corp y Mosaic que poseen la mitad cada una.
Juntos controlan el 70% del comercio global de dos fertilizantes claves que aumentan la cosecha y protegen a las plantas de enfermedades (las ventas de nitrógeno, el tercer fertilizante principal, no están afectados por los cárteles).  Los grupos son protegidos según las misteriosas reglas que los eximen de la acción antitrust. The Phosphate Chemicals Export Association, o PhosChem funciona conforme el Webb-Pomerene de 1918, les permite hablar con sus competidores sobre precios y otros asuntos.
Los cárteles regulan la producción para emparejar la demanda en un esfuerzo por mantener los precios altos, como lo hace la OPEP en el mercado petrolero. Los observadores de la industria temen que sin el paraguas de los cárteles, los productores de costos altos quedarían excluidos. Los analistas de la industria dicen que la mayor parte de la producción de altos costos están en manos de K+S, de Alemania y las minas de España y el Reino Unido de Israel Chemicals. Intrepid Potash, grupo con sede en Estados Unidos y la brasileña Vale son también productores high-cost.
Marius Kloppers, director ejecutivo de BHP Billiton, dijo que la minera honraría los compromisos de PotashCorp con Canpotex, pero dejó la puerta abierta para un cambio: “Nuestra actitud normal sería (…) tener nuestra gente de marketing frente a nuestros propios clientes”. La advertencia refleja la larga batalla de Kloppers para reformar el mercado del mineral de hierro.
El commodity usado en la siderurgia se vendió por 40 años mediante contratos anuales sellados tras negociaciones largas y secretas. Pero a principios de este año, el sistema se derrumbó, con los mineros moviéndose a contratos trimestrales vinculados a los precios spot. PotashCorp suministró 54% de la potasa vendida por Canpotex y 22% del fosfato que PhosChem comercializó el año pasado.
Es poco probable que BHP Billiton se aleje de inmediato, dicen analistas y ejecutivos de la industria. Ellos creen que la minera mantendrá algunos vínculos, al menos para usar las instalaciones construidas por Canpotex y PhosChem, tales como terminales de exportación. Pero con el tiempo, es probable que BHP actúe sola. Aún más importante, es probable que BHP rompa el enfoque del cartel de equiparar oferta y la demanda para mantener los precios artificialmente altos. La compañía mantiene sus minas funcionando a plena capacidad, calculando que su bajo costo de producción asegurará ganancias sólidas.
Con el futuro de Canpotex y PhosChem en peligro, las perspectivas para Belarusian Potash Co., el otro cartel, están mejorando, ya que la fusión Uralkali-Silvinit traería un nuevo miembro. Pero incluso con un nuevo miembro, es improbable que el cartel logre mantener su poder si BHP Billiton tiene éxito en traer los fertilizantes en línea con otros productos básicos de libre mercado.



[2] Seeking Alpha, “Three Fertilizer Stocks Poised for Growth”, (16/8)

[3] The Wall Street Journal, “Fertilizer Market Comes Into Focus”, (17/8)

[4] Financial Times, “Drought to hit next Russian grain crop”, (12/8)

[5] The Wall Street Journal, “Decision Time Looms for Wheat Farmers”, (9/8)

[6] Financial Times, “China’s fertiliser needs in view”, (24/8)

[7] The Wall Street Journal, China Real Time Report, “As Potash Drama Unfolds, China Flogs Fertilizers”, (27/8)

[8] The Wall Street Journal, China Real Time Report, “China’s Big Potash Appetite”, (25/8)

[9] The Globe and Mail, “In Potash battle, Chinese players weigh bid”, (27/8)

[10]  Financial Times, “Oligarch aims to unite fertiliser sector”, (9/8)

[11] Financial Times, “Russia to establish fertiliser champion”, (8/8)

[12] The Moscow News, “Fertiliser shake-up”, (12/8)

[13] El fosfato, un mineral que se encuentra en fósiles marinos, provee nutrientes esenciales para el desarrollo de las células vegetales, mientras que el hidróxido de potasio, producido a partir de rocas encontradas en la tierra, ayuda a que las plantas crezcan con más fuerza.

[14] Financial Times, “End looms for fertiliser cartels”, (19/8)


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