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miércoles, 6 de octubre de 2010

Repsol, Sinopec y 7.100 millones de razones para invertir en el pre-sal



*Los fondos de Sinopec permitirán a Repsol contar con el músculo necesario para desarrollar todos sus proyectos en aguas brasileñas y mejorarán su perfil financiero, al reducir -aunque sea temporalmente- su deuda en al menos 4.200 millones de dólares y liberar recursos para otras iniciativas. Gastos excesivos y menor rentabilidad obligaron a reducir dividendos 2009 a los accionistas. Esto casi detonó un golpe interno contra Antoni Brufáu, presidente de Repsol, orquestado por Sacyr, un grupo constructor español fuertemente endeudado que tiene 20% del paquete.


 Tenga cuidado, Petrobras. La compañía completó la mayor oferta de acciones del mundo y está sentada sobre vastas reservas de petróleo, pero difíciles de obtener. Pero no tendrá todo el petróleo de Brasil para sí. China clavó su bandera en Copacabana. La iniciativa china le confiere una participación en las reservas del pre-sal en la plataforma continental, transformando a Brasil en el nuevo queridinho del mundo del petróleo. A Sinopec quebrou a banca. La compra del 40% de Repsol Brasil por la china Sinopec por 7,1 mil millones de dólares, elevando a más de 10 mil millones de dólares en inversiones de China en petróleo en la país solamente este año. Esto asciende a 15 dólares por barril comparado con 8.50 dólares de Petrobras por el activo en Brasil, dijo Neil Beveridge, analista de Sanford C. Bernstein & Co.[1] "Si el petróleo realmente se acerca a los 100 dólares por barril, entonces este acuerdo puede resultar muy atractivo", dijo. Este monto cubre la totalidad de las necesidades de financiación de las inversiones previstas para el desarrollo total de la cartera de activos de Repsol Brasil. Esto es, la matriz española no tendrá que aportar ese importe para financiar el crecimiento de sus actividades en el país. En mayo, Sinochem adquirió un 40% del campo de Peregrino de la noruega Statoil, por 3,07 mil millones de dólares, lo que dio acceso a la compañía a una reserva estimada en 2,5 mil millones de barriles de petróleo, de los cuáles cerca de 500 millones de barriles recuperables[2].
            La nueva empresas será “la segunda mayor petrolera privada de Latinoamérica, con un valor de unos 17.773 millones de dólares”, según la consultora Evaluate Energy. Por delante se situaría OGX Petróleo y Gas Participaciones, valorada en 31.800 millones de dólares. El tercer lugar lo ocupa la argentina YPF, también controlada por Repsol y valorada en 17.207 millones de dólares. El valor total llega a decenas de miles de millones de dólares está incluido en un préstamos de 10.000 millones de dólares del Banco de Desarrollo de China a Petrobras. El grupo español andaba escaso de liquidez y necesitaba capital para financiar proyectos de exploración en esa región en rápido crecimiento.


            Pero el negocio que involucra a Sinopec, además del alto premio pagado por las acciones de Repsol –la oferta evalúa la compañía en 17.800 millones de dólares, mucho más que la estimación hecha durante la expectativa de lanzamiento de acciones en la bolsa, de 10.700 millones de dólares-, abre la puerta del pre-sal del litoral brasileño, en reservas como Guará y Carioca, en el bloque BM-S-9, en la cuenca de Santos, a los chinos. Los campos que Repsol tiene actualmente en Brasil producirán unos 50 millones de barriles de hidrocarburos al año para 2018-2019[3]. Theepan Jothilingam, analista de petróleo y gas de Morgan Stanley, dijo que esperaba ver más tie-ups entre compañías petroleras internacionales y sus colegas más pequeñas. "esto funciona de distintas formas", dijo. "Las compañías petroleras nacionales consiguen el acceso a los recursos y la tecnología, mientras para las compañías internacionales lo cristalizan en valor y refuerzan sus relaciones con jugadores claves para el crecimiento de los mercados de consumidores finales"[4].
            Por otra parte, Repsol no pierde el control. La estructura de gobierno corporativo exacta de la empresa no está clara, y se espera que Sinopec desempeñe una función activa en la dirección. Pero el reparto económico en una proporción de 60 a 40 conlleva el control por parte de Repsol. Una relación más estrecha con los chinos también puede desembocar en nuevos acuerdos, como una participación en YPF, la empresa de Repsol en Argentina, donde el gigante chino CNOOC ya está presente[5].
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) ha mantenido en 'BBB' (nota media dentro de la calidad aceptable) y en 'A-2' (calidad buena) los rating a largo y corto plazo, respectivamente, de Repsol YPF tras el acuerdo de venta del 40% de su filial brasileña a Sinopec. En todo caso, la agencia reconoce que la operación será "positiva" para la petrolera española en la medida en que reducirá, al menos temporalmente, la deuda de la compañía en cerca de 4.200 millones de dólares[6].
Para el especialista Adriano Pires, del Centro Brasileiro de Infraestrutura (CBIE), la entrada de ese nuevo placer del sector de exploración y producción es un reflejo del aumento del riesgo político en el sector petrolero brasileño. En su opinión, el cambio de marco regulatorio, que implantó el sistema de reparto para la exploración del pre-sal, Petrobras como la operadora única de la mega reserva y el aumento de la participación del Estado en el capital de la petrolera con la capitalización realizada, elevaron el riesgo para las compañías internacionales con operación en la bolsa de valores[7]. Pero el acuerdo Sinopec-Repsol Brasil involucra bloques que fueron concedidos en el pasado, en el sistema de concesiones, o sea, estarían libres de las alteraciones legales que fueran adoptadas[8].
Hace apenas un año, Repsol YPF barajaba tres opciones, sacar a Bolsa la filial, aliarse con Petrobras, algo que descartó la petrolera estatal brasileña, o incorporar a un socio. Financial Times destacó que la alianza de Repsol con Sinopec se ensambla en una estrategia más amplia de quitar ventaja de los años de inversiones pesadas en caros programas de exploración offshore en Brasil y en otros países. La compañía española también está vendiendo su participación en YPF de Argentina. “Inversiones pesadas, junto a la caída en los precios del petróleo, forzaron el año pasado a la compañía a reducir la distribución de dividendos a los inversores. La decisión casi desencadenó un levantamiento del consejo de administración contra su presidente, Antonio Brufau, liderado por Sacyr, grupo español del sector de construcción que está muy endeudado y detenta un 20% de Repsol”, dijo FT.           
            El abogado Ricardo Assaf, de la oficina Machado, Meyer, Sendacz y Opice, que participó de la negociación entre Repsol y Sinopec, cree que el valor de 7.100 millones de dólares es señal de la disposición china en invertir en Brasil. “Esto demuestra un claro interés de los chinos en ser inversores estratégicos en Brasil[9].
            Brasil es hoy uno de los espacios económicos más prometedores y activos. La transacción también demuestra que los activos petroleros brasileños están caros y son atractivos para los compradores con grandes apetitos.  La compra de Devon Energy por BP en 7.000 millones de dólares en marzo le proporcionó una importante exposición en Brasil (ella podría haber sido una proponente por los activos de Repsol, si no fuera por sus infortunios en el Golfo de México). Repsol Brasil posee reservas de cerca 1.200 millones de barriles de petróleo. El apetito de China por la commodity es bien conocido. Frecuentemente circulan rumores que Sinopec se aliaría en una sociedad con OGX, otra productora de petróleo brasileña que puede estar abierta a este tipo de acuerdo[10].

Luis Inacio Lula Da Silva con el primer ministro chino Hu Hintao


            Si las inversiones efectivamente realizadas aún no reflejaron en los datos del Banco Central, los anunciados este año dan un punto destacado a los chinos. Las estimaciones de la Câmara de Comércio e Indústria Brasil-China (CCBIC) apuntan que los anuncios en 2010 deberán llegar a 25.000 millones de dólares, lo que colocaría al país en la primera posición entre los mayores inversores en Brasil. Según un estudio de la consultora Deloitte, las inversiones de China en Brasil pueden superar 40.000 millones de dólares por año hasta 2014[11]. Hasta el anuncio del negocio entre Repsol y Sinopec, los proyectos chinos para el país sumaban en torno a los 20 mil millones de dólares, incluyendo un préstamos de 10.000 millones de dólares para Petrobras que comenzó a ser liberado a finales del año pasado. El stock de inversiones chinas –suma de los recursos colocados por empresas en Brasil a lo largo de los años- debe ser el pasaporte del país asiático para llegar al tope de la lista. Hasta agosto, ya eran cerca de 11.000 millones.






[1] Bloomberg, “Sinopec Group Pays `Very High' Premium for Brazil Oil Reserves”, (4/10)

[2] The Wall Street Journal, “Repsol Sells Brazil Oil Stake to Sinopec”, (2/10)

[3] Terra, “Repsol ve producción 50 mlns barriles año en Brasil en 2018-19”, (1/10)

[4] Financial Times, “Sinopec to put $7.1bn in Repsol Brasil”, (1/10)

[5] The Guardian, “Chinese in $7bn Brazilian oil deal”, (1/10)

[6] Cinco Días, “Repsol logra una prima del 22% en la venta a Sinopec del 40% de la filial brasileña”, (4/10)

[7] DCI, “Sinopec paga US$ 7,1 bilhões por 40% da Repsol no Brasil”, (4/10)

[8] O Globo, “Chineses pagam US7,1 bi à Repsol Brasil de olho no pré-sal”, (1/10)

[10] Financial Times, Beyond Brics, “Brazilian oil: more partners needed”, (1/10)

[11] Estado de San Pablo, “Investimento da China no Brasil pode superar US$ 40 bilhões”, (2/10)

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