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martes, 1 de febrero de 2011

El factor de la especulación financiera en los precios de los commodities agrícolas




La carrera de los precios de los commodities a nivel mundial pone sobre la mesa nuevamente el debate respecto del rol de los especuladores financieros en algunos países, una perspectiva que podría propiciar un backlash regulador por parte de los gobiernos para controlar los precios de los alimentos. Indudablemente, los precios de muchas materias primas se habrían elevado de todos modos en respuesta de dos factores: el creciente suministro y demanda[1]. La tentación es culpar a los especuladores.
La nueva teoría surge entre, políticos, traders y economistas. Los mismos bancos, hedge funds y financieras cuya especulación en los mercados de dinero global causaron la crisis de las hipotecas sub-prime, causan inflación en los precios de los alimentos. El cargo contra ellos es que aprovechando la desregulación del mercado de materias primas global, hacen miles de millones de dólares en especulación con alimentos y causan miseria en el mundo entero.
Con intereses prácticamente erradicados en el mercado norteamericano, los grandes inversores estarían migrando a aplicaciones más rentables, de entre ellas los commodities agrícolas. Es algo difícil de comprobar en número, pero hay señales de que esos inversores estén migrando a contratos a futuros con productos agrícolas. Creados para proteger financieramente al agricultor de las incertidumbres del campo, los contratos futuros pasaron a ser también fuente de ganancia para todo tipo de inversor, como los hedge fund.
Cuanto mayor es el volumen de los contratos negociados, mayor es la tendencia a alza de los commodities agrícolas y, en consecuencia, del precio de los alimentos en las estanterías. Aunque vale resaltar que la presencia de diversos inversores en el mercado futuro de commodities no llega a ser el principal responsable pero sí un factor adicional. Podemos decir que el especulador pone leña en la hoguera, o sea, busca una inversión con tendencia alcista y acaba contribuyendo al alza.
Según Nobuyuki Chino, presidente de Unipac Grain, compañía de trading de commodities con sede en Tokio, sostiene que “los precios del trigo estadounidense estarían más cercanos a los 6 dólares por bushel comparado con los cerca de 8 dólares si no existiera ningún interés especulativo. El maíz debería negociarse alrededor de 5 dólares por bushel contra los 6.5 por bushel de la actualidad, la soja alrededor de 13.20 dólares, comparados con los 14 actuales", dijo. Otros son escépticos respecto a determinados discursos, como algunos estudios que sostienen que la especulación añadió del 20 al 30% a los precios de mercado, sin encontrar una justificación de la razón de esa alza.
Una de las dificultades de los reguladores y de los agentes del mercado es mensurar el tamaño del público especulador, ya que, en el sistema financiero, no existe esa distinción. Una señal de ese movimiento puede ser el volumen de contratos negociados.
A mediados de octubre, los inversores tenían más del 50% de las posiciones largas de maíz y semillas de soja y el 41% del trigo del Chicago Board of Trade, según datos de la FAO. La Commodity Futures Trading Commission de EEUU ha propuesto limitar los participantes del mercado al 10% de los primeros 25.000 contratos de futuros de materias primas y al 2,5% de ahí en adelante. Hay pocas pruebas concluyentes que indiquen que los especuladores han provocado un incremento de los precios. La liquidez que proporcionan los operadores no agrícolas ha reducido la volatilidad, según un estudio de la OCDE. Los límites al comercio reducirán la eficiencia del proceso de descubrimiento de precios.


[1] The Wall Street Journal, “Food-Price Rise Puts Focus on Speculators”, (26/1)


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